Teodoro Briseño, director general de TM Sourcing, precisó que el lavado de dinero en México es una problemática que va de “US$15.000 hasta US$50.000 millones anuales en el sistema financiero".
El surgimiento de nuevos canales de financiamiento en México, como las fintech y el crowfunding representan no sólo un riesgo para los acreditados, sino también una ventana de lavado de dinero en el sistema financiero, alertó Teodoro Briseño, director general de TM Sourcing.
Precisó que el lavado de dinero en México es una problemática que va de “US$15.000 hasta US$50.000 millones anuales en el sistema financiero mexicano, cifra reconocida por las propias autoridades, entre ellos la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, la Unidad de Inteligencia Financiera, la Procuraduría General de la República y la Cámara de Senadores a través de estudios que ha realizado”.
Este costo para el sistema financiero, ha hecho que el gobierno mexicano ponga énfasis en la prevención de lavado de dinero y financiamiento al terrorismo.
Cambios a favor. Prueba de ello, dijo, fue la Reforma Financiera, que modificó 34 leyes y que hacía más estricta la normatividad en prevención de este delito. No obstante, “al regular un sector se genera el efecto cucaracha, en el que la delincuencia organizada se traslada a canales de menor o nula regulación para seguir con sus actividades ilícitas y de lavado de dinero”.
Recordó que a lo largo de los años el sistema financiero mexicano ha ido robusteciendo su regulación, primero en el sector bancario y más recientemente a los intermediarios financieros no bancarios, como sofomes, sofoles o cajas de ahorro. De ahí, la preocupación de que estos nuevos canales de financiamiento a través del crowfunding y las empresas de fintech, representen un riesgo latente para todo el sistema financiero en términos de lavado de dinero y para los propios acreditados, quienes son susceptibles de fraudes a través de estas plataformas.
A través del crowfunding y las fintech se mueven millones de pesos y al tratarse de mecanismos novedosos para el financiamiento están creciendo rápidamente; la problemática radica en que no se sabe con exactitud quién está detrás de los préstamos, quién pone ese dinero, ni quien es el acreditado o para qué utilizará los recursos que obtenga”.
Falta de control. Vale recordar que el crowfunding es una plataforma por internet a través de la cual cualquier persona puede prestar dinero a un tercero; de igual forma cualquiera podría recibir un financiamiento a través de estas plataformas, cuyos recursos provienen directamente de los usuarios registrados del sitio.
Bajo estos modelos de operación nos encontramos en un desconocimiento real de quién está prestando y cómo se usan los recursos. Por eso hoy no tenemos datos exactos del lavado de dinero, pero no por la seguridad de que no haya sino por el desconocimiento de quien opera y cómo opera ese mercado, por la falta de regulación”.
Marco jurídico. Recalcó que si bien no hay datos exactos de la cantidad de lavado de dinero que pudiera estarse gestando a través del crowfunding y las fintech, estos canales de financiamiento representan un riesgo que urge regular antes de que el problema sea más grande. Recordó que estos mercados tienen por lo menos tres años operando en el país y ya tienen una cartera que debe superar los 200 millones de pesos, con crecimientos anuales a doble dígito.