Bárcena destacó que la Agenda 2030 –la hoja de ruta que todos los países deben seguir para alcanzar un desarrollo sostenible- tiene amplias necesidades de financiamiento que pueden variar entre los tres y los US$14 mil millones anualmente.
El financiamiento de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y sus 17 objetivos (ODS), aprobados por los Estados miembros de las Naciones Unidas en 2015, requiere de manera urgente el desmantelamiento de la cultura de los privilegios que aún impera en la región de América Latina y el Caribe, y que se manifiesta en los altos niveles de evasión tributaria y corrupción existentes, declaró Alicia Bárcena, en un evento de alto nivel realizado en la sede de la ONU en Nueva York.
Bárcena fue una de las oradoras principales en el Diálogo de los Secretarios Ejecutivos de las Comisiones Regionales con el Segundo Comité de la 72ª Sesión de la Asamblea General, cuyo tema fue el “Financiamiento para el Desarrollo: Perspectivas regionales y el rol de las Comisiones Regionales de la ONU”. La reunión estuvo encabezada por Sven Jürgenson, Presidente del Segundo Comité de la AG, y en ella participaron como oradores Shamshad Akthar, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica y Social para Asia y el Pacífico (CESPAP) y actual Coordinadora de las Comisiones de la ONU; Vera Songwe, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para África (CEPA); Mohamed Ali Alhakim, Secretario Ejecutivo de la Comisión Económica y Social para Asia Occidental (CESPAO); Olga Algayerova, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para Europa (CEPE); y Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
En su presentación, Alicia Bárcena destacó que la Agenda 2030 –la hoja de ruta que todos los países deben seguir para alcanzar un desarrollo sostenible- tiene amplias necesidades de financiamiento que pueden variar entre los tres y los US$14 mil millones anualmente, recursos que deben recaudarse en un contexto dominado por la incertidumbre, en donde se aprecia una crisis del multilateralismo, un comercio fragmentado con mayor proteccionismo, y un sistema internacional con pocas regulaciones financieras, baja tributación e instituciones de regulación débiles.
“Movilizar recursos para financiar la Agenda 2030 requerirá de un cambio en la conversación con el sector privado. Esto implica combinar además recursos privados y públicos, así como crear alianzas entre ambos sectores para alcanzar el soporte necesario que permita maximizar el impacto del financiamiento para el desarrollo”, señaló Bárcena.
La Vicesecretaria General de las Naciones Unidas hizo hincapié en que en la región de América Latina y el Caribe la cultura de los privilegios se manifiesta en una alta tasa de evasión y elusión tributaria, que llega al 6,7% del producto interno bruto (PIB) regional (unos 340.000 millones de dólares en 2015). Además, explicó que la CEPAL ha presentado estimaciones propias sobre los flujos financieros ilícitos vinculados al comercio exterior, que rondaron los 31.000 millones de dólares o 0,5 puntos del PIB (promedio ponderado) en 2013 como consecuencia de la manipulación de los precios.
“Un control efectivo de la evasión fiscal y de los flujos ilícitos requiere de la cooperación internacional. Tenemos que actual colectivamente, mediante acuerdos internacionales y un tratamiento más simétrico”, indicó Alicia Bárcena. “Por ejemplo, las empresas multinacionales deben pagar sus impuestos en el país donde obtienen sus ganancias”, enfatizó.
La Secretaria Ejecutiva resaltó también el rol de los bancos de desarrollo en el financiamiento de la Agenda 2030, así como la necesidad de mejorar la inclusión financiera para pequeñas y medianas empresas (solo el 45% de ellas tiene acceso a recursos bancarios) y de las mujeres, ya que solo un 35% de ellas participan del mercado financiero formal en la región.
Alicia Bárcena realizó una mención especial a la situación que viven los países altamente endeudados del Caribe, los que al ser considerados como naciones de renta media, pierden muchas preferencias en el acceso a financiamiento. “Por eso en la CEPAL hemos hecho una propuesta de alivio de deuda para estos países. Estamos sugiriendo la implementación de un fondo de resiliencia que les permita restaurar y construir nueva infraestructura y acceder a financiamiento concesional, lo que les ayudará a producir un efecto contracíclico para enfrentar golpes como los desastres naturales que los han afectado tan duramente en los últimos años”, precisó.
“En resumen, para implementar la Agenda 2030 necesitamos una gobernanza nacional, regional e internacional que nos permita asegurar que los flujos privados sean parte de una estrategia de financiamiento del desarrollo. Asimismo, debemos consolidar el rol del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC) en temas económicos y crear un cuerpo intergubernamental para asuntos tributarios y transferencia de tecnología”, dijo.
Durante el debate general realizado en este Diálogo de los Secretarios Ejecutivos con el Segundo Comité, representantes de varias naciones asistentes expresaron su amplio apoyo a la labor que realizan las cinco Comisiones Regionales de la ONU en relación al financiamiento para el desarrollo y se comprometieron a seguir impulsando la Agenda 2030. De manera especial, delegados de Bahamas, Colombia, México y algunos países de Asia y Medio Oriente, reconocieron particularmente a la CEPAL y el liderazgo ejercido por su Secretaria Ejecutiva para realizar el seguimiento de la Agenda a través del Foro de los Países de América Latina y el Caribe sobre el Desarrollo Sostenible, cuya segunda reunión se realizará en México en abril de 2018.