El mayor desafío para el equipo económico en la actualidad es evitar que el alza del dólar impulse la inflación (8,75% interanual en agosto) y la haga superar la barrera psicológica del 10%.
El gobierno uruguayo había dado indicios de que el tipo de cambio subiría este año, pero nadie pensó en un incremento tan rápido que lo llevara a un nivel máximo en una década.
Ese fortalecimiento era un reclamo permanente de los exportadores, que ahora están de parabienes, y un problema serio para los importadores, que empezaron a ver una merma en sus ganancias.
El mayor desafío para el equipo económico en la actualidad es evitar que el alza del dólar impulse la inflación (8,75% interanual en agosto) y la haga superar la barrera psicológica del 10%.
Presión inflacionaria. El tipo de cambio no se aparta de la senda alcista, en sintonía con lo que ocurre en la mayoría de los países emergentes.
La última semana el peso se depreció 1,77%, acumula una baja de 4,31% en septiembre y de 15,67% en lo que va de 2014.
El jueves, el dólar interbancario fondo se operó a 24,742 pesos en promedio por unidad, alcanzando un nuevo máximo desde el 7 de julio de 2005.
Este dinamismo fue inesperado.
Según la última encuesta de expectativas, los analistas esperaban que el dólar cerrara el año en 24,5 pesos y no hay indicios de un cambio de signo en esa evolución.
Fernando Melissari, vocero de la Asociación de Importadores Mayoristas de Almacén, dijo al diario local El País que seguramente se ajustarán los precios de los productos importados.
"Por un lado, tenemos que acompañar la suba del tipo de cambio, pero por otro las ventas ya no son las mismas del año pasado. En todos los rubros notamos que el mercado se ha quedado un poco", aclaró.
"No necesariamente vamos a traspasar toda la suba del dólar. En momentos de fuerte demanda ni que hablar que sí, pero no es este el caso", puntualizó Melissari.
La economía uruguaya muestra algunas señales de desaceleración al crecer en el segundo trimestre 3,7% interanual y 2,0% respecto al primer cuarto de 2014.
A lo largo de 2013, el Producto Interno Bruto (PIB) creció 4,4% y completó once años de alzas consecutivas.
Para el economista de CPA Ferrere, Alfonso Capurro, el aumento influirá en la inflación de septiembre y de octubre, aunque deben considerarse otras variables.
En ese sentido, recordó que "los precios de las materias primas están cayendo mucho y eso compensa parte de las presiones inflacionarias que genera la suba del tipo de cambio".
"El efecto neto todavía es difícil de computar porque estamos en pleno proceso de reacomodo cambiario y corrección de precios de commodities", manifestó al diario El País.
Por eso, no se observan "riesgos significativos" de que la inflación se ubique cerca del 10% hasta fin de año.
En tanto, el economista Javier de Haedo opinó que el dólar admite un alza interna sin que la inflación se dispare.
El analista indicó a El Observador que en la medida en que se dé un proceso gradual "puede perfectamente" mantenerse una inflación por debajo del 10 por ciento.
Dicotomía. El ministro de de Economía y Finanzas, Mario Bergara, opinó que el alza del dólar debe calibrarse considerando su impacto positivo en las exportaciones y el reto que supone el control de la inflación.
Esta semana, recordó que el dólar en valores elevados tiene un "impacto positivo en algunas áreas, como las exportaciones, que están teniendo un comportamiento excelente. Los últimos datos dan un crecimiento real del orden del 8 por ciento".
En contraposición, genera "desafíos en el terreno inflacionario" porque "si bien el pasaje a la inflación doméstica de lo que se sucede con el dólar ha disminuido comparado a lo que sucedía hacía unas décadas, (su peso) no ha desaparecido".
"Por lo tanto, un crecimiento importante del dólar como se ha dado en el último tiempo, 25% a 30% por encima de hace un año y medio, obviamente tiene un impacto sobre las presiones inflacionarias que estamos combatiendo", argumentó.
Señaló que cuando el dólar se desplomaba hace tres o cuatro años "decíamos que era porque Estados Unidos tenía una política monetaria muy expansiva, en la que inundaba de dólares el mundo y tenía las tasas en cero".
"Estaba claro que cuando Estados Unidos comenzara a revertir su política monetaria expansiva, el dólar se iba a fortalecer a nivel internacional", sostuvo.
"Es cierto que en Uruguay el dólar se ha fortalecido más que en otros países, en países socios comerciales y en competidores, y eso ha permitido ganancia en el terreno de la competitividad", aseveró.