Desde Miami, expertos sostuvieron que las exitosas reformas estructurales y macroeconómicas emprendidas en Latinoamérica en los últimos veinte años han propiciado el desarrollo de una sólida clase media.
Miami. El fortalecimiento de las instituciones, la mejora de la productividad e infraestructuras y la atención a una educación de calidad son factores cruciales para el crecimiento y la prosperidad de Latinoamérica en la próxima década, coincidieron hoy en Miami varios expertos.
Las exitosas reformas estructurales y macroeconómicas emprendidas en Latinoamérica en los últimos veinte años han propiciado el desarrollo de una sólida clase media; pero esta dirección necesita apuntalarse con una apuesta decidida por la tecnología e innovación y políticas sociales justas.
Y es que la "revolución digital" resulta clave y exige el cultivo de un "ecosistema" en la región que favorezca la permanencia de las empresas emergentes y el "talento individual", apuntó José María Álvarez-Pallete, consejero delegado de la española Telefónica, con gran implantación en Latinoamérica.
El español, quien se mostró muy optimista sobre las perspectivas de crecimiento en América Latina, aseguró que la próxima década va a ser escenario de grandes transformaciones en la región, "sin paralelo", pero debe cimentarse en una "mejora de la infraestructura básica" para que no se resienta la productividad.
Álvarez-Pallete hizo estos comentarios dentro de la vigésima edición de los premios Bravo, que organiza la revista de negocios Latin Grade en reconocimiento a quienes promueven el desarrollo en América Latina.
El directivo de Telefónica, reconocido en esta edición con el premio Líder Corporativo Renovador, participó junto al exsecretario general iberoamericano Enrique Iglesias (premio Legado) y el presidente de Banco Latinoamericano de desarrollo (CAF), Enrique García, que recibió el premio Financiero del Año, en la conferencia "La siguiente década de decisiones que cambiarán América Latina".
Álvarez-Pallete destacó la profunda y "pionera" implantación de Telefónica en Latinoamérica, donde desembarcó hace 25 años, hasta el punto que las dos terceras partes de su cartera de clientes radica hoy en la región: "América Latina es parte principal de nuestro crecimiento" y "no se puede comprender Telefónica sin América Latina", aseveró.
Pero alertó de que la fórmula de innovación y crecimiento, vital para el desarrollo de un sector estratégico como el de las telecomunicaciones, solo puede sostenerse si la inversión privada aumenta. "Con un 70% de inversión pública y sólo un 30% de privada, en la actualidad, no puede ser". "Estos factores tienen que invertirse", subrayó.
Para Enrique García, la coyuntura actual de América Latina se define también por una serie de "desequilibrios" y, en realidad, de "crecimiento bajo", aunque la "buena noticia" es que los gobiernos "han aprendido la lección de los años 70 y 80 y han sabido atajar la "hiperinflación" con acertadas políticas económicas.
"Un crecimiento en la región del producto interno bruto del 4 o 5 % no es que sea excelente, pero sí razonable, aunque debería hacerlo al 5,5% o 6% para obtener" resultados más sostenibles.
García enfatizó la importancia de doblar la inversión en obras de infraestructura, que hoy es sólo del 3%, al tiempo que resaltó un factor que es, en su opinión, clave para el desarrollo competitivo: "Mejorar la calidad y extensión de la educación" en la región.
En parecidos términos de optimismo se expresó Enrique Iglesias, quien hizo hincapié en la necesidad de controlar la inflación, "el peor enemigo", y "concentrarse en la alta productividad".
Tecnología e innovación, desarrollo del sector energético, relaciones internacionales abiertas, infraestructura y políticas sociales justas para eliminar la pobreza son prioridades en la región, si esta quiere pisar firme y ser competitiva a nivel global, puso de relieve Iglesias, presidente de la Fundación ASTUR.
En cuanto al problema de la inseguridad ciudadana y la violencia del crimen organizado, Iglesias consideró que se trata de un "tema dramático del que los Gobiernos son conscientes y que debe impulsar una mayor cooperación internacional" que sirva para derrotar a las bandas criminales.
"La falta de seguridad es la preocupación más grande en muchos países y socava muchos de nuestros esfuerzos", apostilló García.