Los éxitos de la región en la lucha contra la pobreza son alabados en todo el mundo.
“Ni los mayores optimistas contaron con que América Latina iba a ser una de las regiones con los mejores resultados”, se lee en un informe del Banco Mundial. Según este, la pobreza extrema se ha reducido un 50% en la región entre 1990 y 2010.
Más de 70 millones de personas en América Latina han superado la pobreza entre 2003 y 2011. Y unos 50 millones pasaron a integrar la capa media. Por primera vez, la capa media es en la región mayor que el estrato de pobres, dice el Banco Mundial.
Reducir la pobreza es uno de los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) que acordó la comunidad internacional en el año 2000 y que deberán ser alcanzados hasta 2015. Ya ahora se negocia sobre nuevos objetivos, los “post ODM”.
Los pioneros: Bolivia, Brasil y Perú. En la reducción de la pobreza se destacan sobre todo Brasil, Bolivia y Perú. Según la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), la pobreza en Brasil se redujo entre 1990 y 2012 en un 47,5%, a 18,8%. En Bolivia disminuyó entre el 2000 y el 2011 de 63,7% a 36,3%. La pobreza extrema cayó en el mismo periodo incluso un 38,8% a 18,7%.
El Banco Mundial destaca en el caso del Perú un crecimiento sostenido, crecientes expectativas de vida y una duplicación del ingreso per cápita de US$5.500 a US$10.000 entre 2003 y 2012. La pobreza disminuyó en el país de un 54,7% en el 2001 al 23,7% en 2012.
De América Latina a Laos. Según los expertos, el éxito está basado en tres factores: crecimiento sostenido, redistribución social y una sólida política económica. Muy importantes son los programas sociales atados a determinadas condiciones. Muchos otros países se han inspirado en esos programas de transferencias para desarrollar los propios, por ejemplo Camboya, Laos, Ruanda, Indonesia, Kenia y Sudáfrica.
Decisivo es también el crecimiento económico. En el modelo latinoamericano afloran, sin embargo, algunos puntos débiles. ¿Podrán mantenerse los programas sociales en caso de una reducción del crecimiento en la región? ¿Y qué sucederá si en los mercados internacionales bajan los precios del hierro, el cobre, la soja y los granos?
Las materias brutas como factor de riesgo. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) advierte en su reciente Informe sobre el Desarrollo Humano 2014: “Hay indicios de que los progresos se ralentizan. Cabe la pregunta de si las mejoras son seguras o pueden peligrar debido a una explosión de los precios de los alimentos, catástrofes naturales, guerras y crisis financieras”.
También el Banco Mundial alienta a la región a no cejar en sus esfuerzos. A pesar de los progresos, en América Latina viven aún 82 millones de seres humanos en la pobreza. Y aconseja fortalecer no solo los sistemas educativos y de salud, sino también la infraestructura: “Es diez veces más caro transportar tomates de Costa Rica a Nicaragua que a California”.
Jann Lay, experto del German Institute of Global and Area Studies (GIGA), con sede en Hamburgo, advierte además que en Venezuela y Argentina, los programas de redistribución son precarios: “No creo que Argentina y Venezuela sean países con un interés prioritario en la redistribución, sino que se trata de mecanismos sobre todo para conservar el poder”.