"El gobierno ha tratado de disminuir la importancia del peso negro pero este claramente refleja el alto nivel de incertidumbre y desconfianza actual", dijo Juán Pablo Fuentes, Economista de Moody’s Analytics.
La crisis institucional que vive Argentina, cada día cobra mayor relevancia, tanto por las acusaciones hacia el ex presidente Néstor Kirchner, y por defecto a la actual administración de Cristina Fernández, debido a la supuesta desviación de dineros hacia el exterior con la complicidad de amigos y cercanos a la familia, que en algún momento fueron parte del establishment del gobierno.
Así las cosas, desde el punto de visto económico la caída del peso en el mercado negro se ha acelerado desde comienzos del año a pesar de los contínuos esfuerzos del gobierno por estabilizar el valor de la moneda.
El peso negro se ha devaluado 35% en lo que va de año y 44% en los últimos doce meses. "El gobierno ha tratado de disminuir la importancia del peso negro pero este claramente refleja el alto nivel de incertidumbre y desconfianza actual", dijo Juán Pablo Fuentes, economista de Moody’s Analytics a AméricaEconomía.com
Por su parte, una economista de otra destacada clasificadora que prefiere mantener reserva de su identidad, señaló que "el alza del dólar le está dando un gran dolor de cabeza al gobierno", agregando que "el dólar blue es un claro reflejo de las distorciones del sistema".
Respecto de esta situación Fuentes afirmó que "para inicios de mayo, el tipo de cambio en el mercado negro llegó a duplicar el tipo oficial. La brecha ha ido creciendo constantemente en el último año en la medida que el gobierno ha incrementado las restricciones cambiarias".
De lo anterior, se denota la preocupación del gobierno, "ya que en la medida que la brecha entre los dos tipos de cambio se amplíe, menos dólares entrarán al país y más familias y dueños de negocios buscarán convertir sus ahorros o excedentes en dólares", enfatizó Fuentes.
La experta que prefiere reserva, agrega que "como la gente no tiene confianza, las expectativas de inflación comienzan a enfocarse en un dólar paralelo".
Reservas internacionales. Para el experto de Moody’s Analytics en tanto, uno de las consecuencias que atre la falta de orden, es que las reservas internacionales seguirán cayendo, aumentado el riesgo de una nueva crisis financiera en el futuro. "Las reservas internacionales alcanzaron US$39.750 millones hacia finales de abril, el nivel más bajo desde 2007", argumentó.
Las reservas han caído 17% en el último año. Dada la ausencia de Argentina en los mercados financieros internacionales, las reservas internacionales sirven como la única garantía financiera para el gobierno.
Las reservas internacionales son utilizadas para el pago de la deuda externa y para cubrir el creciente déficit fiscal del gobierno. De no detenerse la caída en reservas, el gobierno podría enfrentar una nueva cesación de pagos en el futuro no muy lejano.
En este sentido, el gobierno ha anunciado recientemente un programa destinado a estimular el ingreso de capitales al país. Particulares y negocios podrán comprar bonos denominados en dólares con sus excedentes sin tener que pagar impuestos. De esta manera el gobierno estaría permitiendo una amnistía temporal sobre los capitales en moneda extranjera.
La medida, actualmente en discusión en el Congreso, tiene pocas probabilidades de éxito dada la poca credibilidad del gobierno y sus crecientes dificultades financieras. El ingreso de capitales podría experimentar un leve aumento, pero este será solo temporal. Más aún, la medida no tendrá mayor impacto sobre el mercado negro de divisas.
Para el economista de Moody’s Analytics, Argentina está atravesando por una crisis de confianza tras varios años de políticas económicas intervencionistas. La economía presenta varios desbalances, los cuales se han profundizado recientemente.
La inflación real se estima alrededor de 25%, la segunda más alta en la región después de Venezuela. Las cuentas fiscales y externas han sufrido un deterioro continuo en los últimos años lo cual ha causado una desaceleración importante en el crecimiento. Desafortunadamente, el gobierno ha reaccionado a este deterioro con más intervención, lo cual ha provocado una mayor desconfianza por parte de los consumidores e inversionistas.
La economía sufre de un atraso importante en la inversión privada, lo cual ha reducido el potencial de crecimiento del país. El sector manufacturero ha perdido competitividad dado el aumento de los costos y el atraso cambiario. Al tipo de cambio oficial, las manufacturas Argentinas no pueden competir con las importaciones y muchos menos buscar mercados externos.
El gobierno ha incrementado su papel en actividades productivas (energía, transporte, servicios) con poco éxito en términos de aumento de la producción. El consumo privado ha seguido creciendo gracias a una política monetaria muy expansiva y un mercado laboral relativamente estable.
Sin embargo, el crecimiento en el consumo también ha comenzado a desacelerarse debido a la inflación y la creciente incertidumbre. El mercado laboral también comienza a mostrar deterioro.
Así, la economía del país seguirá creciendo este año pero a una tasa muy inferior a su potencial. "En el futuro cercano, la economía no podrá crecer a las tasas elevadas que se observaron en años anteriores. Para ello se necesita con urgencia cambios importantes en la conducción económica destinados a restablecer la confianza", dice el experto de Moody’s.
El banco central debe recuperar su independencia si se quiere reducir la inflación. El gobierno debe disminuir gradualmente los controles y regulaciones de forma tal de estimular la inversión privada. Estas medidas, a su vez, permitirían la estabilización de la moneda y estimularían el flujo de capitales hacia el país. El déficit fiscal debe resolverse reduciendo paulatinamente los subsidios.
Los desequilibrios actuales son manejables, pero se requieren de cambios en la conducción económica para evitar que estos se profundicen y generen una crisis de magnitud importante.