En abril, el Fondo Monetario Internacional (FMI) también redujo su pronóstico del crecimiento global en 2016 a 3,2%, bajo el argumento de que la economía mundial crece a un ritmo lento que deja a la economía mundial más expuesta a riesgos.
Beijing. Al observar en retrospectiva la economía global del medio año pasado son evidentes la débil recuperación y un futuro lleno de riesgos.
En sus Perspectivas Económicas Globales publicadas en junio, el Banco Mundial modificó a la baja su perspectiva de crecimiento global 2016 a 2,4 por ciento con respecto al ritmo de 2,9 por ciento proyectado en enero. La previsión a la baja se debió al "crecimiento aletargado en las economías avanzadas, a los precios de las materias primas persistentemente bajos, al comercio global débil y a los decrecientes flujos de capital" en el primer semestre de 2016.
En abril, el Fondo Monetario Internacional (FMI) también redujo su pronóstico del crecimiento global en 2016 a 3,2 por ciento, bajo el argumento de que la economía mundial crece a un ritmo lento que deja a la economía mundial más expuesta a riesgos.
El FMI pronosticó que en los cinco años próximos, la producción económica global puede disminuir 4 por ciento de la cifra normal, lo que significa que la "nueva mediocridad" se está volviendo la "nueva normalidad".
Bajo las circunstancias adversas actuales, los gobiernos de las principales economías del mundo están ajustando las políticas para asegurar un estímulo sostenido para proteger la recuperación vulnerable. Sin embargo, las contramedidas pasivas parecen superar a los ajustes activos.
El 16 de diciembre de 2015, la Reserva Federal (Fed) estadounidense elevó las tasas de interés por primera vez en casi una década, lo que mostraba una creciente confianza en la economía del país desde la crisis financiera de 2007 a 2009.
Después de eso se esperaba ampliamente que la Fed incrementara las tasas de interés otras cuatro ocasiones, sin embargo, eso no sucedió en los seis meses pasados. La expectativa de otra alza en las tasas de interés ha disminuido para lo que resta del año, sobre todo después de que Reino Unido votara a favor de abandonar la Unión Europea, proceso conocido como Brexit.
Europa, otra importante economía, enfrentó muchos desafíos en el primer semestre del año: ataques terroristas, flujo de refugiados y Brexit. En marzo, el Banco Central Europeo (BCE) lanzó una gama inesperadamente amplia de medidas de estímulo, que fueron desde recortes en las tasas hasta créditos baratos para los bancos, con el fin de estimular la modesta recuperación económica en los 19 países europeos. El mercado está esperando aún mayores estímulos del BCE después de Brexit.
En Japón, la política económica "Abenomics" ha demostrado ser poco efectiva a pesar de una política monetaria y fiscal de doble vía.
En las economías recién emergentes como Rusia y Brasil, las medidas contra los precios deprimidos de las materias primas y los flujos de capital flojos en el mercado global parecen débiles e insuficientes.
Comparativamente, China y la India tienen un mayor espacio para maniobrar. China está profundizando su reforma económica y la transición económica está teniendo frutos. En el primer semestre de 2016, el crecimiento económico chino fue de 6,7 por ciento, una cifra brillante frente a la recuperación económica desacelerada. Actualmente, cerca de una tercera parte del crecimiento económico mundial proviene de China.
En la India, el gobierno de Narendra Modi está impulsando la reforma económica y anunció recientemente amplias acciones para expandir la inversión extranjera en nueve áreas, como parte de los intentos para abrir la economía.
Hasta el momento, la recuperación económica no ha adquirido la forma de "V" o de "U" como anticipaban muchos, más bien se ha desempeñado en "L".
El reconocido economista estadounidense Larry Summers advirtió sobre un profundo estancamiento económico, o un "estancamiento secular", es decir, que después de que termine la crisis económica las tasas de interés y el índice de crecimiento bajos coexistirán en el largo plazo.
Ante esa desalentadora perspectiva, los expertos han propuesto algunas soluciones.
Primera, es fundamental que las economías principales fortalezcan la coordinación y den señales positivas a los mercados mundiales para estimular la confianza. La próxima cumbre del Grupo de los 20, que se llevará a cabo en Hangzhou, China, ofrece una plataforma para que las principales economías discutan el asunto.
Segunda, para economías elegibles, los bancos centrales deben considerar un mayor relajamiento de las políticas fiscales, además de tasas de interés bajas sostenibles y de mejoras en la efectividad y orientación de las políticas.
Tercera, para las economías desarrolladas y en desarrollo, la mayor promoción de las reformas estructurales constituye la clave para el crecimiento económico sostenible.