De momento, con los detalles del proceso de restauración de relaciones entre ambos países aún por detallar en profundidad, lo cierto es que el sur de Florida puede ser el gran beneficiado a medio plazo del cambio anunciado por los presidente Barack Obama y Raúl Castro la semana pasada.
Miami. Varios analistas consideraron este lunes que la normalización de relaciones con Cuba tendrá un impacto moderado a corto plazo en la economía del sur de Florida, si bien servirá para que importantes sectores como el de telecomunicaciones tanteen sus posibilidades.
De momento, con los detalles del proceso de restauración de relaciones entre ambos países aún por detallar en profundidad, lo cierto es que el sur de Florida puede ser el gran beneficiado a medio plazo del cambio anunciado por los presidente Barack Obama y Raúl Castro la semana pasada.
"La familiaridad y semejanzas culturales, los vínculos entre las comunidades latinas del sur de Florida con la isla caribeña y la proximidad física (a solo 144 kilómetros)", convierten a la península floridana en el territorio estadounidense natural para los negocios con Cuba, dijo a Efe el economista y abogado Francisco Cerezo.
Matizó que todavía es pronto para evaluar el resultado de las negociaciones entre Washington y La Habana, pero Cerezo expresó su convencimiento, por sus relaciones con cubanos de dentro y fuera de la isla, de que el sector de comunicaciones será el "más beneficiado".
Desde la venta de teléfonos inteligentes hasta operaciones más complejas como la instalación de redes de internet y equipo, este sector es el que va a experimentar un "mayor crecimiento a corto plazo" y recibir más beneficios.
"La Casa Blanca tiene mucho interés en este sector, que se ha convertido en un área de gran importancia de la política pública para establecer mayor comunicación entre los dos pueblos", agregó.
En cuanto a la fractura visible entre la comunidad cubana de Miami, Cerezo opinó que la decisión de Obama "ha sido bien recibida por un porcentaje alto de cubano-americanos, un cambio que, con el tiempo, se valorará como algo favorable".
El domingo pasado una veintena de organizaciones anticastristas se concentraron en Miami para expresar su rechazo frontal a lo que definieron como las "infames concesiones" hechas por Obama al "régimen tiránico de Raúl Castro".
Esta protesta contrasta con la opinión de analistas y expertos que sostienen que el restablecimiento de relaciones servirá para poner fin al relato del enemigo exterior empleado por el Gobierno cubano para justificar penurias y carencias.
Pero, para Jaime Suchlicki, director del Instituto de Estudios Cubanos y Cubanoamericanos (ICCAS), de la Universidad de Miami (UM), el "problema no es lo que ha hecho Obama, sino que lo hecho no reporta ninguna contrapartida positiva para el gobierno de EE.UU."
Y "en política internacional no es así como funcionan las cosas. Tiene que haber un 'quid pro quo'", consideró Suchlicki, de origen cubano.
A juicio del analista, este acuerdo Con Cuba va a generar un "impacto muy limitado en el sur de Florida", si acaso, apuntó, algo de "incremento en los viajes de cubanoamericanos a la isla y un mayor envío de remesas".
Pero "no vamos a ver un impacto fuerte, no al menos hasta que no haya cambios reales en la política del embargo y Cuba cambie también", resaltó.
Hasta el momento, concretó, "Cuba no ha dicho que va a permitir el acceso libre a internet, ni la libertad de prensa ni que va a respetar los derechos humanos, laborales e individuales".
"Esto se va a quedar estancado", vaticinó el experto de la UM.
Jorge Duany, director del Instituto de Investigación Cubana de la Universidad Internacional de Florida (FIU), estuvo de acuerdo en que las medidas anunciadas por Obama son "muy modestas" y, pese a que pueden tener un "impacto en el sur de Florida", hasta que "no se revise el tema del embargo, es muy poco lo que se puede hacer".
En ese contexto, lo esencial en opinión de Duany es que "ha cambiado la tónica del discurso de la beligerancia entre las dos partes, con una reducción de la hostilidad, aunque solo sea en términos de retórica".
Entre las medidas más destacadas que favorece la Casa Blanca figuran la flexibilización de las restricciones de viaje y del envío de remesas, la autorización para la importación de bienes de Cuba, la facilitación de las transacciones financieras y la apertura a internet y equipos de comunicación.