El Marco Fiscal de Mediano Plazo y una regla fiscal menos severa le darían mayor margen de maniobra al nuevo presidente. Analistas recomiendan cautela por la incertidumbre internacional.
Bogotá. Sea quien sea el próximo presidente de Colombia, al parecer comenzará su mandato con condiciones económicas y financieras mejores a las que se vivieron en los últimos cuatro años como consecuencia de la crisis de los precios del petróleo.
Así lo augura el Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP), documento que sirve de referencia para proyectar a 10 años las finanzas de la Nación y que el Ministerio de Hacienda reveló esta semana.
Por ejemplo, se proyecta un incremento de los ingresos de la Nación que representa el 15,1% del Producto Interno Bruto (PIB) en 2018, y podría mantener una senda creciente hasta pasar el 16,4% del PIB para el 2022.
“Respecto a los ingresos de capital de mediano plazo, se prevén mayores excedentes financieros, principalmente provenientes del sector petrolero, por cuenta de la recuperación de los precios del crudo”, indica el MFMP.
También se espera un menor gasto, al pasar del 18% del PIB en 2018 (un déficit del 3,1% del PIB) al 17,8% del PIB para 2022.
De acuerdo con el documento, “se estima una senda decreciente del pago de intereses en el mediano plazo, como resultado de la continua reducción del déficit a financiar año a año”. Y las proyecciones también indicarían menores presiones de deuda para los próximos años, pasando de representar el 42,6% del PIB a 38,7%.
Es claro que son estimaciones que no contemplan los posibles planes del presidente entrante, por lo que tal vez el dato más importante para el siguiente Gobierno es la regla fiscal, un referente que indica cuál debe ser el déficit fiscal del país.
Recientemente, el Comité Consultivo de la Regla Fiscal hizo menos severa la senda que debe seguir el déficit fiscal para los próximos años: para 2019 se elevó de 2,2% a 2,4% del PIB; en 2020, de 1,6% al 2,2%; en 2021, de 1,3% a 1,8%, y del 1% al 1,5% en 2022.
Sin embargo, analistas advierten sobre lo frágiles que pueden ser las proyecciones del Marco Fiscal de Mediano Plazo, pues su materialización dependerá en gran medida de que los supuestos con los que se realizaron se cumplan.
Tal vez el aspecto del que más dependen estas cuentas es el pronóstico del barril de petróleo: US$67 en 2018, US$65 en 2019 y 2020. Y aunque el precio actual se encuentra por encima de este nivel, la experiencia ha mostrado que no es bueno confiarse frente a este activo.
Juan David Ballén, jefe de investigaciones de Casa de Bolsa, explicó que “el petróleo es un activo demasiado volátil. Incluso podría caer a corto plazo, debido a que la OPEP podría elevar su producción dentro de una semana. Y no es la única presión internacional: preocupa que Estados Unidos ya registra su más largo período de crecimiento, por lo que no hay que descartar que pronto se produzca una nueva crisis internacional. Lo mejor que puede hacer el próximo Gobierno es aprovechar esta bonanza en la que vive para prepararse para los próximos años”.
Por su parte, Horacio Ayala, exdirector de la DIAN, indica que “sin duda, el próximo Gobierno comenzará en condiciones favorables en términos fiscales. Sin embargo, se debe ver esto como una oportunidad para pensar con calma en temas como la reforma tributaria, no como las anteriores, que por el afán han quedado mal redactadas. Necesitamos tomarnos un respiro. Y aunque el nuevo presidente tendrá músculo financiero, debe cuidar el gasto, pues vivimos en momentos de gran incertidumbre internacional por temas como la guerra comercial de Trump”.
De esta manera, el próximo Gobierno tiene cierto espacio para incrementar deuda o gastos para ejecutar sus planes sin incumplir la regla fiscal. Sin embargo, los analistas recomiendan cautela, poniendo especial énfasis en la incertidumbre internacional.