Debido a una prolongada sequía en el sur de Brasil, el Paraná en Argentina se encuentra en su nivel más bajo de los últimos 77 años, afectando el abastecimiento y la calidad del agua potable, la navegación y operaciones de puerto.
El Gobierno argentino dijo que busca reorientar un crédito del Banco Interamericano de Desarrollo por US$ 300 millones para contener los efectos de una histórica bajante del río Paraná, una vía fluvial clave para el comercio, la generación de energía y fuente de agua potable del país.
Debido a una prolongada sequía en el sur de Brasil, el Paraná en Argentina se encuentra en su nivel más bajo de los últimos 77 años. El río ingresa al país sudamericano por su frontera noresteña y luego desemboca indirectamente en el Océano Atlántico Sur.
"La Secretaría de Asuntos Estratégicos de la Presidencia de la Nación, se encuentra tramitando, ante el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la reorientación hacia el abordaje de la Emergencia Hídrica de la línea de crédito vigente destinada a Inundaciones y Terremotos", dijo el Gobierno argentino en un comunicado.
Según la Jefatura de Gabinete de Ministros el presidente argentino decretó el "Estado de Emergencia Hídrica" por un período de 180 días.
La histórica "bajante afecta el abastecimiento y la calidad del agua potable, la navegación y operaciones de puerto, el ecosistema y la generación de energía hidroeléctrica", señaló el comunicado oficial.
Por el bajo nivel del agua los barcos que zarpan de Rosario, el polo agroportuario de Argentina ubicado sobre el margen del Paraná, están cargando entre un 18% y 25% menos de lo normal, mientras que meteorólogos dijeron a Reuters que la sequía causante de la bajante continuaría en el 2022.