Daniel Scioli, el candidato del peronismo oficialista que promete ajustes graduales, encabeza las encuestas pero no está claro si podrá evitar una segunda vuelta en el que crecerían las posibilidades de la oposición.
Buenos Aires. Los argentinos votaban el domingo en unas elecciones presidenciales que decidirán la profunidad y rapidez de los cambios a un modelo económico de fuerte intervención estatal que cruje por la escasez de inversiones.
Daniel Scioli, el candidato del peronismo oficialista que promete ajustes graduales, encabeza las encuestas pero no está claro si podrá evitar una segunda vuelta en el que crecerían las posibilidades de la oposición.
Scioli, actual gobernador de la provincia de Buenos Aires, promete mantener los subsidios a la pobreza que, junto con un alto nivel de empleo, han cimentado la popularidad de la saliente mandataria de centroizquierda, Cristina Fernández. Pero asegura que hará cambios paulatinos en la economía.
"Si se compara cómo recibieron el Gobierno (2003) y cómo lo entregan, se deben reconocer muchos avances, pero nunca alcanza para tener a todos conformes. Se deberán hacer ajustes, pero no cambios de fondo", dijo Silvia Alem, una abogada de 33 años.
El opositor de centroderecha Mauricio Macri es el principal rival de Scioli, aunque el peronista disidente Sergio Massa también aspira a una segunda vuelta electoral contra el postulante oficialista.
Los dos candidatos opositores prometen reducir impuestos muy cuestionados por la clase media y terminar con fuertes restricciones a los mercados -en especial en el cambiario- y al comercio exterior. Se espera que Macri lo haga más abruptamente.
"Sin saber quién podrá ganar, está claro que (el país) necesita cambios por la alta inflación y el modo confrontativo que tiene Cristina (Fernández). Deseo que el (presidente) que venga, sea diferente", dijo Luis Sereno, un comerciante de 54 años.
Aunque los tres candidatos tienen muchas diferencias ideológicas, sus propuestas no son tan distintas: todo indica que el país girará hacia políticas económicas más amigables con los mercados tras 12 años de peronismo de centroizquierda, intentando mantener los logros sociales.
El próximo presidente deberá reactivar una economía estancada por la escasez de inversiones, controlar la alta inflación y reducir los niveles de inseguridad a partir de diciembre.
Después de crecer por casi una década a un ritmo acelerado, Argentina atraviesa tiempos difíciles ante la caída de los precios de las materias primas que exporta.
Regulaciones como un control de cambios y cupos a las exportaciones han ahuyentado a muchos inversores extranjeros, y los impuestos al agro -uno de los motores del país- crisparon los ánimos con los productores.
Los colegios electorales cerrarán a las 18.00 hora local (2100 GMT), y se espera que los primeros resultados del recuento provisional estén disponibles después de las 23.00 horas.
Aunque se encuentra cerca según los sondeos, no está asegurado que Scioli obtenga los 40 puntos porcentuales -con una diferencia de 10 sobre su rival- que necesita para consagrarse presidente en la primera vuelta. Si no lo logra, deberá ir a una segunda vuelta prevista para el 22 de noviembre.
Una posibilidad más remota es que Scioli supere los 45 puntos porcentuales para consagrarse automáticamente presidente.
El final podría quedar abierto el domingo si el resultado se define por décimas, a la espera de un escrutinio definitivo que podría demorar más de cinco días.