Además, en el país apenas uno de cada diez trabajadores es alcanzado por este impuesto, mientras que el salario promedio es de 5.448 pesos (US$1.133), cifra que no se encuentra gravada por este tributo.
La Argentina se ubicó como el país de América latina con el mínimo no imponible de Ganancias más alto de la región, y también con el mayor nivel de progresividad en la aplicación de este tributo.
Además, en el país apenas uno de cada diez trabajadores es alcanzado por este impuesto, mientras que el salario promedio es de 5.448 pesos (US$1.133), cifra que no se encuentra gravada por este tributo.
Este dato se suma a un estudio reciente elaborado por el Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano, que afirma que el salario mínimo, vital y móvil en Argentina es el de mayor poder adquisitivo de América Latina y está entre los más altos a nivel mundial.
Cabe destacar que Argentina viene manteniendo este primer lugar hace varios años y de hecho, si se analiza el crecimiento del salario mínimo desde 2003 hasta la fecha, se observa que esta remuneración básica ha acumulado un aumento total del 1.066% y este porcentaje alcanza a 1.075%, si se tiene en cuenta el próximo aumento de febrero de 2013.
La información coincide con la reciente publicación de un informe elaborado por el Banco Mundial que indica que la clase media argentina se ha duplicado entre 2003 y 2009.
La cantidad de personas que viven con un monto de entre 10 y 50 dólares por día, que es el índice de referencia utilizado por ese organismo para considerar a una persona como parte de la clase media, pasó de 9,3 millones en 2003 a 18,6 millones en 2009.
Esto es una clara consecuencia directa del permanente aumento del salario mínimo, y de las muchas políticas laborales que ha venido llevando a cabo el gobierno nacional desde 2003.
En Argentina, el pago de Ganancias afecta a todas la personas que superen un salario mensual de 5.782 pesos, equivalentes a US$1.294, para solteros; y de 7.998 pesos, unos US$1.789, para casados con dos hijos.
A partir de ahí, hay escalas que aumentan progresivamente a medida que son mayores los ingresos.
También hay deducciones por estar casado y tener hijos, por tener a la esposa y a los padres a cargo, por tener una empleada doméstica, un seguro de vida, ser afiliado a una empresa medicina prepaga, y tributar el impuesto al cheque.
Esto posiciona al país como uno de los que posee el mínimo no imponible más alto de la región.
Sin embargo, al mismo tiempo, posee el nivel más alto de tasas para los sueldos más elevados, que alcanza a 35 por ciento, ubicándolo como de los más progresivos de la región.
En el caso de Chile, el piso para quedar exento de dicho impuesto es 1.000 dólares mensuales, bastante más bajo que el de Argentina.
Luego hay una serie de escalas que llegan a 40 por ciento, aunque actualmente el Poder Ejecutivo está intentando reducir la escala más elevada a 36.
Un dato relevante es que en ese país no existen deducciones por estar casado o tener hijos.
En Brasil, aquellos sueldos de hasta US$732 están exentos de pagar impuestos a las Ganancias, y las escalas más altas alcanzan a 27,5%.
Asimismo, poseen una modalidad en la que por cada hijo o persona a cargo se hace una nueva deducción fija de 146,5 dólares.
Uruguay, por su lado, tiene una exención del denominado impuesto a las rentas de las personas físicas hasta los US$793 por mes, mientras que la escala salarial más alta debe pagar 25%.
Actualmente, existe un proyecto de ley en el Congreso de ese país que busca sumar nuevas deducciones por vivienda modesta o por crédito hipotecario.
En México, únicamente están exentos de pagar el llamado impuesto sobre las rentas aquellos jubilados y pensionados que perciban anualmente un máximo de 15 sueldos mínimos, equivalentes a US$2.185.
La tasa del impuesto posee ocho escalas que van de 1,92% hasta 28% para los salarios más altos, y se calcula a través de un límite superior e inferior.
Existen deducciones del impuesto para seguros de vida, médico y transporte escolar de los hijos, presentando las facturas correspondientes.
Finalmente, en el caso de Venezuela el impuesto a las ganancias personales se calcula a partir de una cierta cantidad de unidades tributarias, que en la actualidad cada una equivale a US$17.
Quedan exentos de pagar impuestos personales quienes tengan ingresos netos mensuales superiores a alrededor de US$1.472.
Este impuesto contempla exenciones como seguros de vida, gastos médicos, de educación, pagos de intereses por adquisición de viviendas y deducciones por familiares directos.
El gravamen aplicado es único y posee una tasa de 34 por ciento, a las cuales, luego, se le aplican las deducciones correspondientes.
Tomando datos del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA) elaborados con información de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y la Encuesta Permanente de Hogares del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (EPH-INDEC), en 2011 sólo tributaron por impuesto a las ganancias 17% de los asalariados registrados, es decir, el 12 por ciento de los trabajadores totales.
Visto de otra forma, en la actualidad pagan impuestos a las Ganancias el 12% de los trabajadores que más ganan en el mercado laboral, esto es, su elite.
Desde algunas facciones sindicales opositoras al Gobierno hablan de
más de un millón de trabajadores alcanzados por este tributo.
La cifra parece grande si se la mira así, sola; pero deja a un costado que ese millón y medio de trabajadores que tributa Ganancias lo hace, mientras otros 13 millones de trabajadores no están alcanzados por el impuesto.