La Argentina "manifestó su enérgico reclamo por los años de demora de los Estados Unidos para la autorización de las importaciones de carne bovina fresca, enfriada y congelada (...)", señaló la cancillería en un comunicado.
La Cancillería argentina planteó su reclamo por la persistencia de las trabas al ingreso de limones al mercado estadounidense y de carnes a los mercados de Estados Unidos y Japón, ante el Comité Sanitario y Fitosanitario de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
La Argentina "manifestó su enérgico reclamo por los años de demora de los Estados Unidos para la autorización de las importaciones de carne bovina fresca, enfriada y congelada argentina de la zona libre de aftosa con vacunación, así como por la negativa a reconocer a la Patagonia como zona libre de aftosa sin vacunación", informó la cancillería en un comunicado.
"Nuestro país destacó que no existe justificación científica para la prolongada dilación de los Estados Unidos en reconocer el estatus sanitario de la Argentina, que es reconocido por el organismo multilateral competente (la Organización Mundial de Sanidad Animal)" enfatizó el comunicado oficial.
Asimismo, agregó la cancillería, "se cuestionó nuevamente la demora en la reapertura del mercado estadounidense para los cítricos argentinos, que lleva ya siete años de negociación".
En el caso de Japón, "se reclamó la apertura del mercado de carnes y el reconocimiento del estatus sanitario de la Patagonia como zona libre de aftosa sin vacunación cuyas negociaciones, al igual que en el caso anterior, se iniciaron en 2005".
Destacó la cancillería que "la Argentina lidera el cuestionamiento a varios países desarrollados por la proliferación de las medidas sanitarias, fitosanitarias y los reglamentos técnicos sin fundamentos científicos que restringen de manera arbitraria e injustificada las exportaciones de productos agrícolas, tanto de los países en desarrollo como de los menos adelantados".
En ese sentido, indicó que "las restricciones injustificadas de Estados Unidos y de Japón se suman a las prácticas proteccionistas tradicionales -como los subsidios agrícolas- que perpetúan un sistema de comercio multilateral desequilibrado y que constituyen una prueba más del doble estándar existente entre países desarrollados y en desarrollo en materia de comercio internacional".