Tras aprobar un proyecto de ley más general sobre ahorros fiscales, la Cámara de Diputados avaló la noche de este miércoles una enmienda que podría elevar los gastos de las pensiones en 40.000 millones de reales (US$13.340 millones) en una década.

Una sorpresiva alza en los beneficios de pensiones aprobados en el Congreso podría costar a Brasil decenas de miles de millones de dólares en los próximos años, poniendo en peligro los esfuerzos para contener el excesivo gasto que amenaza la salud fiscal del país.

Tras aprobar un proyecto de ley más general sobre ahorros fiscales, la Cámara de Diputados avaló la noche de este miércoles una enmienda que podría elevar los gastos de las pensiones en 40.000 millones de reales (US$13.340 millones) en una década, según estimaciones del Ministerio de Seguridad Social.

La enmienda, que flexibiliza la edad de retiro, aún necesita ser aprobada en el Senado y la presidenta Dilma Rousseff podría incluso vetarla.

La situación refleja cuán difícil será para Rousseff apuntalar las finanzas públicas en un momento en el que su popularidad se encuentra en mínimos récord y enfrenta la rebeldía de miembros de su coalición de 19 partidos, liderada por el mayor partido brasileño, el PMDB.

Varios legisladores de partidos aliados, incluyendo algunos del propio Partido de los Trabajadores de Rousseff, votaron a favor de la enmienda, lo que resalta la fuerte resistencia a una iniciativa de austeridad liderado por el Ministro de Hacienda, Joaquim Levy.

Aunque los cambios tendrían un acotado impacto en los próximos cinco años, expertos concuerdan en que podrían aumentar los pagos de pensiones del Gobierno en más de medio punto porcentual del Producto Interno Bruto del país en 25 años.

"En el mediano y largo plazo sólo se suman problemas a un sistema (de pensiones) que ya era insostenible", dijo Masueto Almeida, un consultor económico en Brasil. Calcula que el costo subiría a un 1 por ciento del PIB en 40 años.

Brasil cuenta con uno de los sistemas de pensiones más generosos del mundo, gastando más del 10 por ciento del PIB en retiros en lo que economistas y agencias de calificación de riesgo apuntan como una de las mayores amenazas futuras hacia la economía.