Analistas y economistas de las instituciones bancarias coincidieron en que los clientes percibirán “una ligera” disminución en los intereses que pagan en los préstamos a tasa variable —tarjetas y empresariales—.
La reducción de la tasa de interés de referencia de 3,5 a 3,0%, que la Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) anunció el pasado 6 de junio, implica, de entrada, que los bancos ganarán más. Sin embargo, en los consumidores se presentará un doble efecto: por el lado del ahorro recibirán menos, pero pagarán un interés más bajo en el crédito, aunque este efecto se vería en el mediano plazo.
Analistas y economistas de las instituciones bancarias coincidieron en que los clientes percibirán “una ligera” disminución en los intereses que pagan en los préstamos a tasa variable —tarjetas y empresariales—, mientras que en el mediano plazo, los réditos para las nuevas hipotecas también se podrían ajustar.
Los beneficios para los intermediarios provendrán de un abaratamiento en el costo de fondeo, lo que se reflejará en mayores márgenes y utilidades netas, pero también ganarán con los préstamos a largo plazo, como los hipotecarios, porque les costará menos financiarse.
Cambio en variables económicas. Antes de conocer la minuta de la reunión del 6 de junio, algunos analistas sugirieron que uno de los principales motivos por los que el Banxico decidió bajar en 50 puntos base su tasa de interés de referencia, fue empujar la economía ante una desaceleración.
Para Joel Virgen, subdirector de Estudios Económicos de Banamex, la modificación del banco central sí incidirá en las variables económicas, incluido un posible abaratamiento del crédito, pero el efecto sería en el mediano plazo, es decir, a partir del próximo año.
En entrevista, detalló que uno de los canales de transmisión de la política monetaria es el canal crediticio, donde se esperaría un abaratamiento, pero destacó que es un proceso que lleva tiempo. “No es instantáneo, desde el abaratamiento, hasta el otorgamiento, los nuevos costos, la demanda por éstos y el reflejo de éstos materializándose en planes de inversión o en cuestiones ya físicas que afecten al crecimiento”.
David Olivares, especialista en bancos de Moody’s, consideró que el efecto de la baja en las tasas de interés no será inmediato “y el crecimiento de la cartera tendrá que relacionarse más con el crecimiento económico”.
“Pero en la medida en que se tengan tasas de interés bajas, eso sí puede ser un incentivo para que se registren más emisiones de deuda en los mercados locales, porque el costo de fondeo de las instituciones será más barato”, agregó Olivares.
Impacto por sectores. Uno de los productos financieros que para el analista de Banamex podría verse impactado de manera importante es el financiamiento de obras de inversión privada, como es el caso de la construcción.
“Muchas de las referencias de crédito y financiamiento de la banca comercial en México están ligadas a la Tasa de Interés Interbancaria de Equilibrio, (TIIE), y ésta a su vez está íntimamente ligada al fondeo, así que sí, evidentemente un recorte en el fondeo te lleva a una TIIE inferior, y ésta a su vez es una referencia para el costo del crédito que se ajusta a la baja como sistema”, dijo Virgen.
Por su parte, Mario Correa, economista en jefe de Scotiabank México, consideró que tener tasas de interés menores tiende a favorecer un mayor dinamismo, pues al tener que pagar menos intereses, se liberan ciertos recursos del ingreso de las personas, que pueden destinarse a un mayor consumo.
“Es factible que algunos tipos de crédito al consumo pudieran abaratarse, y esto también tiende a ser más atractivo al solicitar créditos para consumo, ya sea compra de bienes durables, como automóviles o hasta una casa, pues pueden ayudar a promover un mayor apalancamiento de los hogares para aprovechar estas menores tasas y eso genera un mayor dinamismo en el consumo”, argumentó.
Sin embargo, precisó que la magnitud del impacto que la baja del Banxico pudiera tener en el abaratamiento del crédito depende de factores como: qué tan endeudados estén ya los hogares, y el riesgo que perciban las instituciones financieras de que no se pueda pagar el crédito. “Y ese riesgo no necesariamente se reduce al bajar la tasa de referencia como parte de la política monetaria”.
Beneficio, sólo a tasa variable. Enrique Mendoza, analista senior de Grupo Financiero Interacciones, consideró que el ajuste en tasas favorecerá a los consumidores, ya que la baja se trasladará a aquellos productos que aplican intereses variables. Por ejemplo, en el caso de las tarjetas de crédito, la reducción podría ser de hasta 20 puntos base.
De acuerdo con las últimas cifras del Instituto Central, al cierre de diciembre pasado, se contabilizaron 25 millones 887.321 tarjetas de crédito.
En el documento sobre indicadores de tarjetas de crédito, el Banxico detalló que hasta febrero pasado, la tasa promedio ponderada se ubicó en un rango que va de 24,1 hasta 52,9%.
El especialista consideró que el efecto positivo para los bancos es que al abaratarse el costo del dinero se prevé una disminución en el índice de morosidad y que más personas se pongan al corriente en sus pagos tanto de tarjeta como empresarial.
Datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) revelaron que al cierre de mayo, el índice de morosidad de tarjetas de crédito se ubicó en 4.71%, con una pérdida esperada de 11.58%, en tanto que en los préstamos a empresas la morosidad se ubicó en 3.60% a nivel sistema.
En hipotecarios, baja de 10 punto base. Valeria Romo, analista del sector financiero de Monex, explicó que a partir del segundo trimestre del año, los intermediarios podrían empezar a trasladar la reducción de tasas en los préstamos hipotecarios.
En promedio, los financiamientos para vivienda aplican intereses de entre 9 y 10% “y los bancos tienen una ganancia de 7%, por lo que este tipo de préstamos podrían bajar hasta 10 puntos base, lo que les permitirá ampliar su base de clientes”.
“Cuando Banxico reduce la tasa de referencia, a las instituciones les cuesta menos financiarse, lo que les favorece, porque pueden aumentar sus márgenes financieros y su utilidad neta”, afirmó.
Andrés Audiffred Alvarado, analista del sector financiero de Ve por Más , coincidió en que el costo de fondeo para las instituciones será menor “y ése es un impacto positivo para el sector”.
También mencionó que por el lado de los consumidores, se observará un ajuste a la baja en las tasas de interés en financiamientos como tarjeta, pero la cifra dependerá de las características de cada plástico.
“Hay la percepción generalizada de que los bancos pierden con una tasa baja de interés, al cobrar menos, o que eso genera un desincentivo al ahorro, sin embargo, los créditos hipotecarios se quedan con tasas fijas que son más altas , mientras que en préstamos al consumo el diferencial les resulta ventajoso”, explicó el especialista de Ve por Más .
Más ofertas de crédito, en duda. Enrique Mendoza, analista senior de Interacciones, consideró que como parte de su estrategia, los bancos optarán por aumentar la oferta de créditos en todos los segmentos del mercado, debido a que por el lado de la captación sí podrían obtener menores ingresos.
Por su parte, Andrés Audiffred descartó un incremento en la demanda de préstamos, a pesar de la reducción en el costo del crédito. “Hay un cantidad de personas que no están bancarizadas y que así continuarán”.