Las inversiones de enero a junio de este año fueron de US$1.910 millones, lo que significa el 98,2% de las ejecutadas en igual período de 2013, según el reporte de la estatal Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI).
Las inversiones disminuyeron en Cuba en 1,8% en el primer semestre, lo que tuvo una influencia directa en el magro crecimiento de 0,6% del Producto Interno Bruto (PIB) de la isla, indicó la estatal Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI).
Un informe recién publicado por la ONEI, ente encargado de las estadísticas oficiales en la isla, señaló que las inversiones de enero a junio de este año fueron de US$1.910 millones, lo que significa el 98,2% de las ejecutadas en igual período de 2013.
Durante una sesión parlamentaria, en julio último, el presidente Raúl Castro informó que el PIB aumentó solo en 0,6% en el primer semestre, la tasa más baja de los años recientes.
Ante el Parlamento, Castro aseguró que esos resultados evidencian "una desaceleración del ritmo de crecimiento de este indicador a causa del incumplimiento de los ingresos externos, la incidencia de condiciones climatológicas, así como la persistencia de insuficiencias internas en la gestión económica".
El mandatario señaló que decrecieron "la minería y la producción industrial, esta última por sensibles afectaciones en el financiamiento oportuno y la consiguiente entrada tardía de materias primas importadas".
El informe de la ONEI detalla que las mayores inversiones se realizaron en servicios empresariales y actividad inmobiliaria (US$437 millones), construcción (368 millones) y suministro de electricidad, gas y agua (233 millones).
En la agricultura, uno de los renglones más descapitalizados del país, se invirtieron US$161 millones, en minas y canteras 101 millones y en la industria manufacturera 94 millones.
A inicios de año, el ministro de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera (MINCEX), Rodrigo Malmierca, dijo que la isla necesita unos 2.000 millones de inversión extranjera para reactivar su economía.
"Si no crece la economía a niveles de alrededor de 7% del PIB y si no acumulamos entre 25 y 30 por ciento para hacer inversiones, no nos vamos a poder desarrollar. Para que ello ocurra necesitamos que vengan 2.000 millones, 2.500 millones de dólares en inversiones extranjeras cada año", aseguró Malmierca.
En junio último entró en vigor la nueva Ley de Inversión Extranjera, luego de ser aprobada por el parlamento en sesión extraordinaria, en marzo último, en busca de atraer al capital foráneo hacia la isla, necesitada de una urgente recuperación económica.
El texto legal, publicado por la Gaceta oficial de la República, incluye la exención para los inversores extranjeros del pago de impuestos sobre las utilidades durante ocho años.
"Se eximiría del pago de impuesto sobre utilidades a las empresas mixtas y partes en los contratos de asociación económica, por un período de ocho años a partir de su constitución -y el Consejo de Ministros podrá extender el período-, entre otros beneficios", señaló el diario Juventud Rebelde.
Después que concluya el período de gracia, las empresas pagarán un impuesto del 15% sobre la utilidad neta imponible, una cifra que constituye la mitad del monto actual, añadió el órgano de la Unión de Jóvenes Comunistas.
No obstante, cuando "concurra la explotación de recursos naturales, renovables o no, puede aumentarse el tipo impositivo sobre utilidades, por decisión del Consejo de Ministros hasta un 50%", precisó el rotativo.
La legislación "prevé para los inversionistas foráneos un régimen especial de tributación que es realmente ventajoso" y "bonificaciones de hasta el 50% en varios impuestos", indicó el periódico.
La anteriormente vigente Ley 77, aprobada en septiembre de 1995, fijó un impuesto del 30% sobre las utilidades, aunque el gobierno se reservó el derecho de eximir del pago total o parcial a las empresas que reinvirtieran sus ganancias en la isla.
Cuba tiene la urgencia de reanimar sectores productivos prácticamente paralizados por la aguda crisis económica de la década de los 90, pero la falta de capitales propios la obliga a recurrir a la inversión foránea.