A fines de octubre, el gobierno argentino implementó restricciones cambiarias para enfrentar una veloz salida de capitales que golpeó las reservas del Banco Central, utilizadas para financiar al Tesoro y honrar pagos de deuda externa.
Buenos Aires. El Banco Central de Argentina aseguró este miércoles que el país no tiene escasez de dólares y dijo que su decisión de prohibir a los ahorristas la compra de moneda extranjera busca evitar que el dinero quede "ocioso".
A fines de octubre, el gobierno argentino implementó restricciones cambiarias para enfrentar una veloz salida de capitales que golpeó las reservas del Banco Central, utilizadas para financiar al Tesoro y honrar pagos de deuda externa.
Luego, fue endureciendo las trabas hasta que la semana pasada el banco dispuso prohibir la compra de dólares con fines de atesoramiento.
Las restricciones provocaron que parte de los ahorristas argentinos se volcaran al mercado negro para adquirir divisas y sacaran sus depósitos en dólares de los bancos, lo que golpeó la capacidad de estas entidades para financiar el comercio exterior.
"No tenemos escasez estructural de dólares, pero sí que esos dólares que tenemos no podemos darnos el lujo de que se desplacen fuera del circuito de la producción y queden ociosos, sino que tienen que ser utilizados permanentemente para garantizar el crecimiento económico", dijo la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, a una radio local.
Los argentinos suelen ahorrar en dólares para protegerse de la alta inflación en el país. La divisa también es usada para la compraventa de inmuebles.
La funcionaria aseguró que una parte de la población argentina tiene la "pulsión" de ahorrar en dólares y dijo que el Gobierno estaba generando un cambio cultural, por lo que no permitirá a partir de octubre convertir a dólares los créditos hipotecarios.
"Los créditos para la vivienda (...) van a ser en pesos. Si después entre privados quieren hacer acuerdos en dólares, eso no es ámbito de regulación del Banco Central", agregó Del Pont.
La jefa de la autoridad monetaria local defendió también una reciente norma para orientar el crédito bancario y dirigirlo, a tasas bajas, al financiamiento de empresas.
La disposición golpeó la semana pasada a las acciones de los principales bancos locales, con los inversores temerosos de que el Gobierno aumente su intervención en el sistema financiero.
La medida obliga a 31 instituciones -entre ellas, las principales 20 del país- a prestar el equivalente al 5 por ciento de sus depósitos bancarios privados a una tasa de interés por debajo de la inflación. La mitad de los préstamos debe destinarse a pequeñas y medianas empresas.
La línea de crédito a un plazo mínimo de tres años estará vigente hasta el 31 de diciembre y tendrá una tasa máxima del 15%, mientras el país tiene una inflación anual estimada por analistas privados en alrededor del 25%.
"Le estamos diciendo (a los bancos): el 5% de los depósitos del sector privado. Le estamos diciendo: una tasa del 15%. Con eso ganan y ganan bastante", dijo Marcó del Pont.
"Obviamente ganan menos de los que es un crédito al consumo a una tasa de 30% o del 40%. Pero, el spread, la diferencia, entre lo que remuneran a un ahorrista y lo que cobran por un crédito es todavía muy importante con una tasa de 15 por ciento", concluyó.