En una decisión dividida, el Comité de Política Monetaria del banco, conocido como Copom, aprobó por cinco votos a favor y dos en contra el recorte de la denominada tasa Selic en 50 puntos básicos.
Brasilia. El banco central de Brasil recortó este miércoles su tasa de interés referencial a un 12% desde un 12,5%, en una sorpresiva medida que refleja una creciente desaceleración global y un crecimiento más débil en la mayor economía de América Latina.
En una decisión dividida, el Comité de Política Monetaria del banco, conocido como Copom, aprobó por cinco votos a favor y dos en contra el recorte de la denominada tasa Selic en 50 puntos básicos, tras cinco alzas consecutivas anteriormente en el año.
El comité dijo que ve un deterioro sustancial en el panorama internacional y que la desaceleración de las economías desarrolladas posiblemente sería más prolongada que lo que se esperaba anteriormente.
Los 20 analistas consultados por Reuters en un sondeo esperaban que el Banco Central mantuviera estable la tasa Selic.
Señales claras de una desaceleración económicas han surgido en las últimas semanas, mientras Brasil siente que el impacto de los problemas financieros mundiales además del natural enfriamiento del insostenible crecimiento del 7,5% del año pasado.
Pero la mayoría de los economistas creía que el banco central estaría demasiado cauteloso de las presiones inflacionarias persistentes como para recortar las tasas.
El fuerte recorte de tasas podría aumentar los nervios del mercado sobre una falta de control a la inflación, mientras el activo mercado laboral mantiene una presión al alza sobre los precios. El comité del banco dijo que veía que el balance de riesgos sobre la inflación era "más favorable".
El banco central, que según funcionarios del Gobierno tiene un control total para elegir cuando recorta las tasas, había sido presionado para que flexibilice su política después de una serie de comentarios de la administración sobre la necesidad de rebajar tasas tarde o temprano.
El gobierno de la presidenta Dilma Rousseff dijo esta semana que mantendría la disciplina de gasto por el resto del 2011, esperando reducir las presiones de la demanda en la economía y despejar el camino para un recorte de las tasas de interés, que están entre las más altas del mundo.
Economistas han reducido su previsión del PIB para el año hasta entre un 3% a un 4% mientras aumenta la evidencia de que los endeudados consumidores de Brasil se están quedando sin espacio para gastos y el sector manufacturero sufre por la fortaleza de la moneda.