El Banco Central mantuvo sin cambios su tasa de interés referencial Selic en un 14,25% por segunda reunión consecutiva la semana pasada, pese a un fuerte aumento de las expectativas de inflación.
La política monetaria en Brasil debe permanecer vigilante para combatir la inflación pese a la incertidumbre respecto a cómo el Gobierno lidia con un creciente déficit presupuestario, dijo el Banco Central el jueves en las minutas de su más reciente reunión de política monetaria.
El Banco Central mantuvo sin cambios su tasa de interés referencial Selic en un 14,25% por segunda reunión consecutiva la semana pasada, pese a un fuerte aumento de las expectativas de inflación.
La decisión de mantener las tasas sin cambios dio un respiro a la presidenta Dilma Rousseff, quien lucha por su supervivencia política en momentos en que el país atraviesa su recesión más profunda en 25 años.
En las minutas, el banco resaltó la incertidumbre sobre el ritmo de mejoría de los resultados fiscales y dijo que la realineación de precios relativos, como la tasa cambiaria, ha sido más lenta, pero más intensa que lo previsto.
"En ese contexto, el comité cree que la política monetaria debería permanecer vigilante pese a otras políticas", sostuvo el banco.
El uso del término "vigilante" significa que el banco no descarta completamente otra alza de tasas de interés si la depreciación del real y resultados fiscales decepcionantes mantienen a la inflación alta.
Brasil anotó un déficit presupuestario primario de 7.310 millones de reales (1.830 millones de dólares) en agosto, que mostró que los ingresos del Gobierno por sí solos no fueron suficientes para cumplir con el pago de intereses para ese mes. El déficit presupuestario general en agosto fue de 57.010 millones de reales.
El banco también admitió que ya no busca su meta autoimpuesta de llevar la inflación de vuelta a la meta oficial de 4,5 por ciento a fines de 2016 y que en vez de eso quiere desacelerar la inflación "en un horizonte relevante".
El Banco Central está apostando a que una recesión enfriará a la inflación. La fuerte caída de las inversiones y la reducción de la confianza amenazan con provocar una contracción económica de 3% este año, según el más reciente sondeo Focus entre economistas.