Las actas del banco dicen que futuros recortes deberán ser realizados con "máxima" cautela, la señal más clara de que podría estar agotándose un ciclo de flexibilización.
Brasilia. El Banco Central de Brasil sugirió que su agresiva campaña de recorte de tasas podría estar llegando a su fin e indicó que un reciente alza en los precios de los alimentos presenta riesgos inflacionarios en el corto plazo, según las minutas de la última reunión del comité de política monetaria publicadas el jueves.
Las actas del banco dicen que futuros recortes deberán ser realizados con "máxima" cautela, la señal más clara de que podría estar agotándose un ciclo de flexibilización emprendido hace un año para estimular la mayor economía de América Latina.
El banco redujo el 29 de agosto la tasa de referencia Selic por novena vez consecutiva hasta un mínimo histórico de 7,5%.
El Comité de Política Monetaria del banco central, conocido como Copom, espera que un reciente aumento de los precios de las materias primas sea menos intenso que los registrados en el 2010 y 2011, según las minutas.
"El Copom reafirma la visión de que la política monetaria debe permanecer alerta para asegurar que las presiones detectadas en horizontes más cercanos no se expanden a horizontes más lejanos", dijo el banco, sugiriendo una mayor preocupación por la aceleración de la inflación.
Sin embargo, el banco dijo que la tendencia de la inflación acumulada en los últimos 12 meses está convergiendo hacia el centro del rango de la meta oficial.
Un repunte de la inflación atribuido a un alza en los precios de los alimentos en llevó en agosto el indicador a su mayor aceleración en cinco años en ese mes. Desde julio, la inflación acumulada durante el último año móvil revirtió su tendencia a la baja, apartándose del centro de la meta oficial de 4,5%.
Una inflación anual del 5,4% continúa por debajo del techo superior de la meta, pero podría agregar presión al banco central para terminar su campaña de recortes de tasas que eliminó 500 puntos básicos de la Selic desde agosto del 2011.
Tras un año de abaratamiento del dinero y una decena de paquetes de estímulo, la economía brasileña empieza a dar señales de vida. Sin embargo, el crecimiento esperado para el 2012 estaría por debajo del 2%, muy lejano del 7,5% del 2010.