El instituto emsior señala que en los últimos meses se han producido cambios en el balance de riesgos para la economía chilena.
En la presentación del Informe de Política Monetaria (IPoM) de marzo, el Banco Central de Chile, indicó que proyecta un rango de crecimiento para la economía de ese país de entre 4% y 5% para el 2012, con una inflación del IPC que oscilará en torno a 4% anual hasta entrado el segundo semestre de este año, para después converger a 3% y permanecer en ese valor hasta fines del horizonte de proyección que, en esta ocasión, es el primer trimestre del año 2014.
El instituto emsior señala que en los últimos meses se han producido cambios en el balance de riesgos para la economía chilena. Esos cambios consideran que en lo externo, aún cuando el panorama de crecimiento mundial se considera débil, los temores de escenarios más adversos han disminuido y se ha dado una recuperación parcial de la confianza de los mercados financieros. No obstante, advierte que los riesgos del escenario externo aún son importantes.
El escenario base de este Informe prevé un rango mayor de crecimiento respecto del que consideraba en diciembre pasado, debido principalmente al mayor crecimiento de la actividad a fines del año 2011 y comienzos del año 2012. También considera que varios de los riesgos contemplados en el anterior IPoM se han reducido y que la dinámica de ajuste de la demanda interna será algo más pausada.
"El escenario base considera un mayor impulso externo, debido a los mejores términos de intercambio y condiciones de financiamiento externo. En él, se contempla la ocurrencia de fricciones temporales y acotadas en los mercados financieros internacionales", dice.
También supone que el crecimiento seguirá convergiendo a sus niveles de tendencia y que continuará respondiendo a los efectos rezagados de los aumentos de la Tasa de Política Monetaria (TPM) efectuados en el año 2011. El Consejo del Banco Central sigue estimando el crecimiento de tendencia en 5%.
El consejo del Banco también estima que la TPM actualmente se ubica dentro de rangos neutrales para la expansión de la economía y como supuesto de trabajo, considera que esta tasa seguirá una trayectoria comparable con la que se deduce de los precios de los activos financieros vigentes al cierre estadístico del Informe.
Una parte del Informe se refiere a los escenarios de riesgo que pueden alterar el escenario base. En el plano externo, estos riesgos son similares a los de Informes previos, aunque con menor probabilidad de ocurrencia. A los problemas estructurales en la Eurozona y las dudas sobre la intensidad que tendrá la desaceleración en China.
En todo caso, destaca que tampoco es descartable que economías tengan un desempeño mejor al previsto y que, de hecho, la mayor tranquilidad de los mercados financieros externos y el renovado apetito por riesgo, ha reflotado preocupaciones de cómo acomodar las entradas de capitales en las economías emergentes.
También se refiere a que prolongación de los fuertes estímulos monetarios en el mundo desarrollado, y en especial en Estados Unidos, puede fomentar una ampliación de los desbalances globales. De todos modos, en esta economía el endeudamiento público es elevado y el alto precio del petróleo dificulta el cierre de su déficit externo.
En esta ocasión, se agrega además el riesgo de una intensificación de las tensiones geopolíticas en torno a Irán, lo que podría afectar significativamente el precio del petróleo, con efectos negativos sobre el crecimiento mundial y mayores presiones en la inflación de combustibles.