Mario Bergara dijo que el dólar continuará registrando una “apreciación importante” a nivel local sin ningún "efecto dramático" como lo hizo hasta ahora.
El presidente del Banco Central (BCU), Mario Bergara, consideró como “saludable” que la economía uruguaya ingrese en una fase de “desaceleración, que no es sinónimo de recesión o crisis”, precisó. Asimismo, volvió a insistir en que la inflación “está bajo control” aunque está algo más de un punto por encima del techo del rango meta (7%).
Por otro lado, rechazó que el descenso que mostraron las exportaciones durante el primer cuatrimestre esté asociado a una pérdida de competitividad de la economía uruguaya. En el acumulo enero-abril, las exportaciones de bienes de Uruguay cayeron 4,4% en la comparación interanual, según Uruguay XXI.
A juicio de Bergara, las ventas al exterior de bienes y servicios se mantienen en “niveles adecuados”. Si bien reconoció que en los últimos meses hubo un leve decrecimiento en las colocaciones al exterior. “Uno podría decir que existe un problema de pérdida de competitividad. Pero si se ven las exportaciones del último cuatrimestre respecto al año anterior, lo que se cae son los mercados rusos y venezolanos. Eso explica enteramente la caída.
Por tanto, es difícil argumentar que es un problema cambiario. No vemos un problema serio en la competitividad”, aseguró. El titular del BCU fue ayer el orador central del ciclo de almuerzos de la Asociación de Dirigentes de Marketing (ADM) bajo el título “Inflación, competitividad y platitos chinos”.
Precisamente, Bergara cuestionó el “fundamentalismo” de algunos analistas que sostienen que el gobierno hace foco en determinada área en detrimento de la otra. “Hay que mantener todos los platillos girando a la vez”, aseveró con su habitual muletilla.En ese sentido, indicó que como consecuencia de una política de flexibilidad cambiaria el dólar se fortaleció 35% en los últimos 18 meses y eso no afectó ni al balance del sistema financiero ni a las cuentas de las empresas y las familias. “Todo ese proceso se ha llevado de manera ordenada”, resaltó.
Asimismo, el jerarca estimó que seguramente el país seguirá registrando una “apreciación cambiaria importante” a futuro sin “ningún efecto dramático”.El funcionario destacó que hasta poco tiempo atrás solamente el 6% de las empresas uruguayas utilizaba el mecanismo de cobertura de divisas a futuro (forward), mientras que hoy esa cifra trepó al 15%. Bergara explicó que el descenso de la caída en los precios de los commodities es la “contracara” del repunte del dólar a nivel global. Recordó que hace dos años desde el gobierno ya se había advertido que se procesaría una corrección a la baja.
Sin embargo, Bergara apuntó que el índice de precios de exportación de la industria muestra que el descenso de los valores de exportación “está por debajo” de la depreciación cambiaria que tuvo el país en los últimos 18 meses.
Asimismo, agregó que la rentabilidad exportadora –que mide el BCU– tuvo una “mejora sustancial” en los últimos meses y se encuentra en “niveles adecuados”.“La preservación de la competitividad de las empresas es un tema sustancial. A veces en las medidas de corto plazo se ponen en conflicto la inflación versus competitividad. Pero en cualquier visión de mediano plazo, el peor enemigo de la competitividad es la inflación”, enfatizó.“La política económica debe estar sistemáticamente equilibrando objetivos. Bienvenidos los platillos chinos. Uno tiene diversos objetivos que tiene que resolver de manera integral. No podemos concentrarnos solo en uno y dejar el otro”, argumentó.El jerarca cuestionó el enfoque “sexy desde el punto de vista mediático” de los privados que dejan a entrever que el gobierno prioriza la inflación o la competitividad, según la circunstancia.
“Ese enfoque le hará la vida más fácil a los analistas para comunicar cosas, pero es totalmente erróneo. Acá hay que tomar todos los objetivos a la vez y no ser fundamentalistas”, afirmó Bergara.Por ese motivo, señaló que el equipo económico defiende el enfoque de “balance de objetivos” de mantener “todos los platillos chinos girando a la vez”, con un “compromiso creíble” para que la inflación converja al rango objetivo.Por otro lado, Bergara destacó la fortaleza y estabilidad del sistema financiero, con un nivel de endeudamiento de las familias y las empresas que se mantiene en niveles bajos. “La desaceleración económica obliga a tomar cuidados. Pero desde una plataforma que consideramos sana y saludaba para afrontar los desafíos que el mundo y la región no están plateando”, señaló.
Contexto no ayuda. En su exposición Bergara dijo que una economía pequeña como la uruguaya está expuesta a riegos domésticos y globales. “Parte de la política económica tiene que ser identificar esos riesgos y mitigar las vulnerabilidades de la economía uruguaya. O sea, entender por dónde pueden venir los tiros”, explicó. A juicio del jerarca el país ha logrado reducir “sustancialmente” sus vulnerabilidades externas y domésticas en el terreno productivo, social y financiero.Bergara trazó un panorama poco alentador para la economía mundial y regional en el corto plazo.
Salvo la recuperación “gradual” de Estados Unidos, el resto de los socios comerciales de Uruguay continuarán en dificultades. En el caso de Brasil, Bergara admitió que algunos sectores puntuales que colocan en este mercado como el automotriz o el plástico están atravesando dificultades, pero indicó que el resto de los productos puede encontrar alternativas en otros mercados.“No hay que confundir los problemas sectoriales con los macroeconómicos”, acotó. Dijo que a futuro, el gobierno abordará las dificultades “sector a sector” como lo ha hecho hasta ahora.
En el caso de la industria automotriz uruguaya, dijo que se trata de un sector “de escaso valor agregado” a diferencia de otros países como Alemania.