Inversionistas esperan que la entidad empiece a desmontar su programa de compra de bonos a fin de año por la tendencia alcista de inflación.
Las autoridades del Banco Central Europeo (BCE) advirtieron que los intentos de autoridades de Estados Unidos por restar importancia a la baja del dólar podrían forzarlo a repensar su posición y dijeron que el pacto para no influir en las monedas parece estar en peligro.
Draghi advirtió este jueves en Frankfurt que varios miembros del Consejo de Gobierno del BCE expresaron su preocupación por los comentarios del secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, en donde expresa su apoyo a un dólar más débil, tras indicar que fortalece el comercio de Estados Unidos.
“Esta preocupación es más amplia que simplemente el tipo de cambio, se trata del estado general de las relaciones internacionales en este momento. También hay una preocupación adicional. Si todo esto condujera a una restricción no deseada de la política monetaria, que no se justifica, entonces tendríamos que pensar en nuestra estrategia de política monetaria”, advirtió Mario Draghi.
No obstante, en la minuta de la reunión del mes pasado, las autoridades del BCE dijeron que era prematuro dar señales de un cambio de postura hacia una normalización de la política monetaria, incluso considerando la creciente confianza en que la inflación finalmente llegará a su objetivo, según las minutas de la entidad.
Las discusiones sobre los cambios en la posición del BCE podrían comenzar aún a principios de este año, pero las autoridades concluyeron que la entidad necesita evitar ajustes abruptos y mantener una vigilancia cuidadosa sobre el euro, de acuerdo con las minutas difundidas el jueves.
“Los cambios en la comunicación fueron, en general, considerados como prematuros en esta coyuntura”, dijeron las autoridades del BCE. Y añadieron que “la política monetaria continuará desarrollándose (...) con la perspectiva de evitar ajustes abruptos o desordenados en una etapa posterior”.
Los comentarios sugieren que las autoridades actuarán sólo gradualmente, vigilando de cerca a los mercados para evitar verse obligados a retroceder en su posición.
“Hubo un amplio acuerdo entre los miembros de que la reciente volatilidad en la tasa cambiaria del euro fue una fuente de incertidumbre que requirió supervisión”, indicaron las minutas.
Los inversionistas esperan que el BCE empiece a desmontar a fines de año su programa de compra de bonos por 2.55 billones de euros, satisfechos por la tendencia alcista de la inflación, incluso a pesar de que pueda quedarse durante varios años por debajo del objetivo de la entidad.