El 7 y 8 de diciembre, los nueve miembros del Comité de Política Monetaria (MPC ) del banco central británico votaron por mantener el objetivo de compras de activos en 275.000 millones de libras y la tasa de interés de referencia en el mínimo histórico del 0,5%.
Londres. Las autoridades del Banco de Inglaterra abrieron la puerta a la posibilidad de una nueva inyección de liquidez para la frágil economía británica, aunque se mantendrán a la espera de la evolución de la crisis de deuda en la zona euro, según mostraron el miércoles las actas del último encuentro de la institución.
El 7 y 8 de diciembre, los nueve miembros del Comité de Política Monetaria (MPC ) del banco central británico votaron por mantener el objetivo de compras de activos en 275.000 millones de libras y la tasa de interés de referencia en el mínimo histórico del 0,5%.
El comité concluyó que el balance de riesgos en materia de crecimiento e inflación no había cambiado respecto al mes pasado.
Sin embargo, algunos miembros del MPC apuntaron su disposición a introducir más estímulos en la economía.
"Algunos miembros continuaron resaltando que el balance de riesgos para la inflación en las proyecciones del informe de inflación de noviembre implicaba que una nueva ampliación del programa de compras de activos podría estar garantizado a su debido tiempo", indicaron las actas.
"De estos miembros, algunos pensaron que en cierta manera la perspectiva se había deteriorado durante el mes," dijeron.
Con todo, otros directivos del banco central seguían viendo una caída de los precios más lenta de lo estimado, señalando la persistente fortaleza de la inflación en importación y bienes.
Muchos economistas esperan que el banco tome la decisión de aumentar el total de compras de activos en febrero.
Tanto el vicegobernador del Banco de Inglaterra, Charles Bean, como su economista jefe, Spencer Dale, han indicado que querrían esperar hasta que el actual programa de compra de títulos de deuda se acabe en enero para evaluar la necesidad de nuevos estímulos, en función de la actualización de las previsiones de precios que realice el banco en febrero.
No obstante, el también miembro del directorio del banco central británico Paul Fisher señaló que podría ser necesario ayudar más a una economía al borde de la recesión.
Las actas demostraron los enormes riesgos asociados a la crisis de deuda europea, en un contexto de mayores costos de financiación para la banca y gran volatilidad en los mercados.