El banco de los bancos centrales sostuvo que “encontramos que las tasas de interés de Estados Unidos afectan las tasas de otros lugares, independientemente de las similitudes que puedan tener sus ciclos económicos o la justificación de factores de riesgo globales”.
El alza de tasas de la Reserva Federal será el detonante de una escalada de incrementos en el costo del dinero de al menos 22 economías emergentes, como México, y de ocho “economías avanzadas más pequeñas”, estima el Banco de Pagos Internacionales (BIS, por su sigla en inglés).
“Encontramos que las tasas de interés de Estados Unidos afectan las tasas de otros lugares, independientemente de las similitudes que puedan tener sus ciclos económicos o la justificación de factores de riesgo globales”, expone el BIS, el banco de los bancos centrales.
Las economías emergentes integradas que podrían mover sus tasas en tendencia con Estados Unidos son, de acuerdo con el análisis, Brasil, Chile, China, Taipei, Colombia, República Checa, Hong Kong, Hungría, India, Indonesia, Israel, Corea, Malasia, México, Perú, Filipinas, Polonia, Rusia, Singapur, Sudáfrica, Tailandia y Turquía.
En un capítulo que forma parte del Informe Trimestral del BIS, advierten que estos países se encuentran integrados al comercio mundial y a los mercados financieros, pero destaca que en sus decisiones de política monetaria suelen tomar como un determinante la tasa de Estados Unidos.
Las “economías avanzadas más pequeñas” que también moverían sus tasas en la misma dirección que la Fed, una vez que se complete el primer incremento, son Australia, Canadá, Dinamarca, Nueva Zelanda, Noruega, Suecia, Suiza y Reino Unido.
Las economías emergentes incluidas representan más de 95% del peso del índice de mercados soberanos de deuda local, conocido como EMBI, de JPMorgan.
Lo llaman “adaptación”. En el análisis, los expertos del BIS analizaron los años posteriores a la crisis financiera del 2008 y encontraron que los citados bancos centrales aplicaron una política acomodaticia incluso cuando sus economías domésticas no requerían un estímulo adicional.
Esto con la intención de evitar una apreciación de la moneda local que podría haber dañado a sus exportadores, reconocieron.
Pero también suponen que podrían haber abaratado el costo del dinero, para amortiguar las entradas de capital de corto plazo por la competitividad que representaba tener tasas mucho más altas que las ofrecidas en el mercado de Estados Unidos.
En ambos casos, considera el banco, las tasas de la Fed han sido determinantes en sus decisiones monetarias.
¿Y cuándo moverá la Fed?. En la presentación del informe, correspondiente al periodo de abril a junio, el jefe del Departamento Monetario y Económico del BIS, Claudio Borio, explicó que los inversionistas cambiaron sus expectativas sobre el momento en que la Fed realizará su primera alza de tasas en función de los eventos que se han presentado a nivel internacional.
Estos eventos incluyen la evolución de la crisis griega, la situación de China y el debilitamiento de la economía mundial, detalló en conferencia telefónica, desde la sede del Banco en Basilea, Suiza.
De acuerdo con el BIS, los miembros de la Fed sí han estado preparando al mercado para un eventual incremento de sus tasas. Utilizan los precios de los contratos de futuros de los fondos federales para evidenciar el cambio en las expectativas de los inversionistas.
A principios del 2015, estos contratos indicaban 80% de probabilidad de que la Fed movería su tasa en septiembre; sin embargo, esta probabilidad cayó a 32% para el 2 de septiembre.
Corporativos, el temor. De acuerdo con las estadísticas del BIS el crédito total en dólares a entidades no bancarias fuera de Estados Unidos creció en más de 50% desde principios del 2009 hasta alcanzar los US$9,6 billones a finales de marzo del 2015.
“Gran parte de este financiamiento se ha dirigido al sector corporativo, lo cual despierta serias dudas sobre potenciales vulnerabilidades financieras y las implicaciones para la retroalimentación de los movimientos cambiarios y los diferenciales de rendimiento”, reiteró Borio, tal como lo ha dicho el BIS desde hace más de un año.
En la misma conferencia, el economista senior del BIS, Hyun Song Shin, matizó que los títulos de deuda internacional emitidos por las empresas de mercados emergentes tienen vencimientos largos que además se han ido extendiendo.
Según sus cuentas, los títulos de deuda de los corporativos emergentes, emitidos incluso en el 2015, tienen una madurez promedio de 11 años. Esto significa que son menos vulnerables a una retirada masiva de capitales, refirió.
Aun así, considera que hay que ver con prudencia la situación de los corporativos emergentes.
“En el retorno de los capitales, las economías locales podrían comenzar a experimentar repercusiones y como las empresas no financieras están profundamente arraigadas al desempeño doméstico, podrían verse afectadas en el flujo de recursos y generación de efectivo”, finalizó.