El banco pronosticó que el Producto Interno Bruto global crecerá un 2,4% este año, desde el 2,3% del 2012. En su anterior reporte en junio, el banco preveía una expansión de un 3,0% para el 2013.
La frustrantemente lenta recuperación de los países desarrollados está frenando a la economía mundial, dijo el Banco Mundial, al recortar fuertemente sus pronósticos de crecimiento de la economía mundial en 2013.
En su reporte bianual de Perspectivas Económicas Globales, el banco pronosticó que el Producto Interno Bruto global crecerá un 2,4% este año, desde el 2,3% del 2012. En su anterior reporte en junio, el banco preveía una expansión de un 3,0% para el 2013.
"Lo que estamos viendo es que la recuperación que anticipamos en junio se retrasó un poco en el tiempo, comenzando casi al final del primer trimestre y en el segundo trimestre, en vez de hacerlo un poco antes", dijo Andrew Burns, principal autor del reporte.
El Banco Mundial también recortó su estimación para los países en desarrollo, que el año pasado crecieron a su menor ritmo en una década, a un 5,5% en 2013 desde el 5,9% previsto en el reporte de junio.
Dijo que el crecimiento en estos países debería aumentar lentamente, alcanzando un 5,7 por ciento el próximo año y un 5,8 por ciento en 2015.
El banco proyecto que la expansión de las economías avanzadas debería llegar a un 1,3% este año, presionada por los recortes al gasto, el alto desempleo y una débil confianza de los consumidores y las empresas. El crecimiento debería fortalecerse el próximo año a un 2 por ciento y a un 2,3 por ciento en 2015.
Si bien los mercados financieros se mantuvieron a flote por las medidas adoptadas el año pasado para enfrentar la crisis de deuda de la zona euro, el Banco Mundial advirtió que una prologada batalla política en Estados Unidos sobre el límite de deuda podría dañar el crecimiento de los países en desarrollo.
"La incertidumbre política (en Estados Unidos) ya ha disminuido el crecimiento", dijo el Banco Mundial.
"Si los funcionarios no logran acordar tales medidas, una pérdida de confianza en la moneda y un aumento general en las tensiones en el mercado podrían reducir el crecimiento de Estados Unidos y el global en un 2,3 por ciento y un 1,4 por ciento, respectivamente", agregó.
Burns instó a los países en desarrollo a "mantener una mano firme en la política monetaria" y no reaccionar con demasiada fuerza a los cambios en los países desarrollados.