Se estima que las remesas totales, incluidas las destinadas a los países de ingreso alto, sumen US$534.000 millones en 2012.
Según un estudio del Banco Mundial, los migrantes internacionales enviarían US$406.000 millones en ahorros a sus familias en los países en desarrollo al cierre de 2012 cifra que representa un aumento de 6,5% respecto del año pasado.
Las proyecciones señalan que el envío de dinero hacia los países en desarrollo crecerá 7,9% en 2013, 10,1% en 2014 y 10,7% en 2015, para llegar a US$534.000 millones en 2015.
Se estima que las remesas totales, incluidas las destinadas a los países de ingreso alto, sumen US$534.000 millones en 2012 y lleguen a US$685.000 millones en 2015.
Sin embargo, no todas las regiones en desarrollo están consiguiendo buenos resultados en 2012 en este tercer año de crisis y los trabajadores migrantes en los países europeos de ingreso alto están comenzando a tener problemas.
Las naciones de Europa occidental son destinos importantes de los trabajadores provenientes de África al sur del Sahara y Europa y Asia central, pero los flujos de transferencias hacia estas dos regiones se desaceleraron este año: los envíos hacia África al sur del Sahara se mantienen casi inalterados en US$31.000 millones, mientras que en el caso de Europa y Asia Central se contraerán en 0,9% para llegar a US$41.000 millones.
Por el contrario, los flujos de remesas siguen aumentando sostenidamente hacia las regiones de Asia meridional, Oriente Medio y Norte de África (MENA) y Asia oriental y el Pacífico, cuyos trabajadores emigran en masa hacia los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) con su vigorosa actividad económica generada por los altos precios del petróleo.
En el caso de Asia meridional, se espera que las transferencias lleguen a un total de US$109.000 millones, un aumento de 12,5% respecto de 2011, que la región de Asia oriental y el Pacífico atraiga US$114.000 millones, un incremento de 7,2% sobre el año 2011, y que la región de MENA reciba US$47.000 millones, un alza de 8,4% en relación con el año pasado.
Las remesas hacia América Latina y el Caribe se benefician del respaldo de una economía en recuperación en toda la región y una modesta mejora en el mercado laboral de los Estados Unidos, pero se moderan debido a la debilidad económica europea. Con todo esto, es probable que la región registre un crecimiento moderado de 2,9% en 2012, con un total aproximado de US$64.000 millones.
Hacia el futuro, el Banco Mundial prevé un crecimiento sostenido en los envíos de dinero hacia todas las regiones del mundo, aunque el persistente desempleo en Europa y las actitudes más restrictivas que enfrentan los trabajadores migrantes en algunos lugares plantean riesgos graves.
Otro obstáculo al crecimiento de las transferencias es el elevado costo del envío de dinero, que alcanzó un promedio de 7,5% en el tercer trimestre de 2012 en los 20 corredores de remesas más importantes, aunque con diferencias considerables entre un país y otro.
Por ejemplo, en naciones originarias de grandes volúmenes de remesas, como es el CCG, los Estados Unidos y el Reino Unido, el importe promedio era de alrededor del 5%, mientras que en Alemania llegaba al 15%. En África al sur del Sahara, el valor promedio fue de 12,4%, el más alto entre las regiones en desarrollo.
La Reseña sobre Migración y Desarrollo urge a la acción para cumplir con la promesa de las remesas por telefonía móvil, que tienen un gran potencial habida cuenta del vertiginoso aumento de teléfonos móviles en el mundo en desarrollo.
Las remesas móviles transfronterizas pueden ampliar el acceso y reducir los costos, pero aun no despegan debido a varios problemas de índole regulatoria y operacional. Este tipo de transferencias cae en el vacío legal entre los reglamentos financieros y de telecomunicaciones, ya que muchos bancos centrales han prohibido que entidades no bancarias presten servicios de entrada y salida de dinero en efectivo. Por consiguiente, las autoridades bancarias y de telecomunicaciones deben reunirse y diseñar en conjunto reglas sobre este tema que faciliten la banca sin sucursales.
El Banco Mundial, como actor clave en el escenario de la migración y las remesas, está trabajando en una nueva iniciativa llamada Alianza Mundial de Conocimientos sobre Migración y Desarrollo (KNOMAD, por sus siglas en inglés), que apunta a facilitar el debate y discusión multidisciplinarios sobre temas de migración, diseñar alternativas en materia de políticas y ayudar a los países remitentes y receptores de dinero a poner en marcha políticas experimentales.
El Banco trabaja en la creación de instrumentos de financiamiento para impulsar el tema de la migración y las remesas para fines de desarrollo interno de los países. Por ejemplo, los bonos de la diáspora pueden ser un poderoso instrumento a la hora de movilizar los ahorros de la diáspora y financiar con ellos proyectos específicos del sector público y privado, además de ayudar a mejorar el perfil de la deuda de los países de destino.
La institución creó asimismo un grupo de Trabajo sobre Bonos de la Diáspora para proporcionar asistencia técnica a países interesados en implementar estos instrumentos con el objetivo de solventar proyectos de desarrollo.