"No podemos esperar el resurgimiento de un sólido crecimiento para comenzar el proceso de corrección de las políticas", afirmó el gerente general del Banco Internacional de Pagos.
Basilea, Suiza. Los gobiernos deben recortar sus déficit fiscales decididamente y los bancos centrales no deben esperar demasiado tiempo para elevar los costos del crédito, dijo este lunes el Banco Internacional de Pagos (BIS, por su sigla en inglés).
La entidad sostuvo que los efectos colaterales de las medidas de estímulo aplicadas para enfrentar la recesión global podrían generar una nueva crisis.
La economía mundial, así como los mercados financieros, están repuntando, aunque la recuperación se mantiene frágil en las economías avanzadas y especialmente en la zona euro, donde la crisis de deuda pone en riesgo la mejora de la economía, agregó el BIS en su informe anual publicado este lunes.
Los líderes globales reunidos en Toronto este fin de semana acordaron tomar distintos caminos para reducir los déficit presupuestarios y hacer que los sistemas bancarios sean más seguros.
Washington en particular puso reparos a una reducción demasiado rápida de los déficit, pero el jefe del BIS dijo que no había tiempo que perder.
"No podemos esperar el resurgimiento de un sólido crecimiento para comenzar el proceso de corrección de las políticas", afirmó el gerente general del BIS, Jaime Caruana, en la junta general anual del banco.
"En particular, postergar el ajuste de la política fiscal sólo sería un riesgo para que reaparezcan la volatilidad financiera, los trastornos del mercado y la tensión crediticia", agregó.
El BIS, que actúa como el banco de los bancos centrales y es una plataforma de discusión para las autoridades monetarias, dijo que las reformas del sistema financiero seguían siendo claves para prevenir futuras crisis.
Los principales banqueros centrales se reunieron en la junta anual del BIS entre 26 y 28 de junio en Basilea, mientras en la cumbre del G-20 los líderes admitieron una recuperación económica irregular y frágil en los distintos países.
Al contrario de la unidad exhibida en las pasadas tres cumbres del G-20 por la crisis financiera, los líderes dejaron que cada país adoptara su propio ritmo y tomara decisiones "diferenciadas y a su medida".
Pero el BIS advirtió que las poderosas medidas de apoyo tenían fuertes efectos colaterales y dijo que aquellos peligros estaban empezando a surgir.
"Para ponerlo sin rodeos, la combinación de las vulnerabilidades permanentes en el sistema financiero con los efectos colaterales son como un largo periodo de cuidado intensivo que amenaza con enviar al paciente a una recaída", dijo el informe.
Línea delgada. El BIS dijo que si las medidas extraordinarias se mantenían por mucho tiempo, las autoridades corrían el riesgo de crear bancos o empresas "zombis", dependientes del apoyo directo.
Pero admitió la delicada situación de las autoridades, ya que las apuestas eran altas y los riesgos de copar las líneas de crédito de emergencia demasiado pronto se veían grandes.
Especialmente, los bancos centrales caminan por una delgada línea. El sistema bancario está todavía lejos de ser sólido, ya que será difícil repetir las recientes ganancias en renta fija y operaciones cambiarias en un escenario de bajas tasas de interés, y no se han registrado todas las pérdidas ligadas a la crisis, agregó.
"Pero mientras más tiempo se mantengan bajas las tasas referenciales en las principales economías avanzadas, más grandes serán las distorsiones que crearían, tanto a nivel doméstico como internacional", añadió el BIS.
Las tasas reales extremadamente bajas o ajustadas por inflación alteraron las decisiones de inversión, postergaron el reconocimiento de pérdidas, incrementaron la toma de riesgos en busca de rendimiento y alentaron altos niveles de endeudamiento, agregó.
Además, los banqueros centrales podrían subestimar los riesgos de inflación, ya que la crisis podría reducir el potencial de crecimiento.
Los mercados han rebajado las expectativas de alzas de tasas en Estados Unidos y la zona euro, dada la crisis de deuda de Grecia, y los banqueros centrales llamaron a Europa a resolver los problemas para no poner en peligro la irregular recuperación global.
Jassim Al-Mannai, director general del Fondo Monetario Árabe con sede en Abu Dabi, dijo a Reuters este lunes que los bancos y las autoridades monetarias debían tener cuidado de alimentar burbujas.
"Tenemos que evitar, como todas las autoridades económicas, ver burbujas. Nuestra política económica necesita ser prudente, especialmente la política monetaria e incluso la fiscal", agregó.
Pero los desafíos para las economías emergentes son diferentes, mientras se recuperan con fuerza y la inflación repunta, dijo el BIS.
"Algunos emergentes podrían contar más con la flexibilidad del tipo de cambio y un endurecimiento de la política monetaria", agregó.