Los líderes europeos se reunirán el domingo en un último intento por cerrar un acuerdo con Grecia, después de meses de duras negociaciones que han llevado al país al borde de dejar la zona euro.
Algunos grandes bancos griegos podrían verse forzados a cerrar o ser absorbidos por rivales más fuertes como parte de la reestructuración del sector que se produciría tras un rescate del país, dijeron funcionarios europeos a Reuters.
Los líderes europeos se reunirán el domingo en un último intento por cerrar un acuerdo con Grecia, después de meses de duras negociaciones que han llevado al país al borde de dejar la zona euro.
Independientemente de si se desbloquean nuevos fondos para el Gobierno, algunos bancos de Grecia, dañados por el caos económico y político, podrían tener que cerrar o fusionarse con rivales más grandes, dijeron a Reuters funcionarios que pidieron no ser identificados.
Un funcionario dijo que los cuatro principales bancos griegos - Banco Nacional de Grecia
Una segunda persona dijo que pese a que las fusiones bancarias eran necesarias, también podían tener lugar a más largo plazo.
"La economía griega está en ruinas. Eso supone que los bancos necesitan comenzar de nuevo", dijo la primera fuente, y añadió que era necesario actuar con rapidez tras cualquier rescate entre Atenas y la zona euro. "Chipre podría ser un modelo a seguir", dijo.
"Hay poco tiempo (...) haría una reestructuración inmediatamente", añadió.
El sistema financiero de Grecia ha estado en el centro de la crisis actual, sangrando los depósitos a medida que empeoraban las relaciones entre el Gobierno de izquierda del primer ministro Alexis Tsipras y los acreedores del país.
Después de que Atenas no pagara un tramo de deuda al Fondo Monetario Internacional el pasado mes, el BCE congeló los fondos de emergencia para los prestamistas, precipitando su cierre temporal y un límite diario máximo de retiro de efectivo en cajeros de 60 euros.
La decisión de los votantes griegos de rechazar la semana pasada los términos de un rescate ofrecido por los acreedores llevó al BCE a congelar su límite de financiación, lo que supone que los bancos se quedarán pronto sin efectivo.
Liquidez y solvencia. Hace un año, los bancos griegos pensaban que estaban en el umbral de una nueva era. Se habían reestructurado como parte de un acuerdo de rescate al país, habían logrado capital fresco de inversores internacionales y recuperaron el acceso a los mercados de deuda para financiar los créditos.
Pero la agitación económica y política que ha habido desde que Tsipras alcanzó el poder en enero supone que los bancos están ahora peligrosamente cortos de efectivo.
Incluso después de que se arreglen los problemas inmediatos de liquidez, cualquier reestructuración del sector requeriría primero una pronta recapitalización de los mayores bancos griegos porque el alza de las moras y su exposición al Gobierno griego implica que están en peligro de quedar insolventes.
Tras la recapitalización se podría finalizar un calendario y un plan exacto para relanzar el sector.
Tal plan afrontaría una rígida resistencia política en Atenas, donde Tsipras ha prometido restaurar el funcionamiento del sector bancario. Las fusiones de bancos ahorran dinero pero cuestan empleos, lo que las hace impopulares.
Una segunda persona dijo: "Habría interés en tener menos bancos (...) pero me pregunto su tendría sentido a corto plazo".
Cualquier cierre, que sería gestionado primero por las autoridades griegas bajo supervisión del BCE, no afectaría a los clientes mientras sus depósitos y cuentas migrarían al nuevo propietario del banco.
El Ministerio de Finanzas griego no estaba inmediatamente disponible para hacer comentarios, mientras que una portavoz del BCE dijo: "La supervisión bancaria del BCE vigila de cerca la situación de los bancos griegos y está en contacto constante con el Banco de Grecia".
Modelo de Chipre. Cualquier relanzamiento del sector sería un recordatorio del débil estado del sistema financiero del país, donde los depósitos han bajado a su menor nivel en más de una década antes de que los ahorradores se vieran forzados a los límites de retirada de efectivo.
De los cuatro grandes bancos helenos, el Banco Nacional de Grecia, Eurobank y Pireo no superaron una prueba del BCE el año pasado, cuando sus planes de reestructuración no fueron tenidos en cuenta. Sólo Alpha Bank aprobó el test.
La reestructuración podría seguir un patrón similar al de Chipre, donde uno de sus dos principales bancos fue cerrado como parte de su rescate, e Irlanda, donde tres entidades fueron o cerradas o fusionadas con rivales.
Un banquero griego reconoció que el BCE podría embarcarse en nuevas pruebas de tensión y "establecer un proceso de recapitalización y reestructuración de nuevo en marcha", pero dijo que cualquier fusión reduciría la competencia.
"Si el argumento es la eficiencia de costes y si Grecia tiene demasiados bancos, con cuatro bancos hay una apariencia de competencia", dijo. "Con menos, la competencia se reduciría aún más", añadió.