Para Carlos Capistrán, economista en jefe para México de la firma estadunidense, el país tiene actualmente “una verdadera armadura contra la volatilidad financiera internacional”.
La economía mexicana responde adecuadamente y de manera rápida a cambios en el entorno internacional, sin que se generen episodios de inflaciones altas o de contracciones económicas sustanciales, destacó Bank of America Merrill Lynch.
Para Carlos Capistrán, economista en jefe para México de la firma estadunidense, el país tiene actualmente “una verdadera armadura contra la volatilidad financiera internacional”, pese a condiciones que pudieran parecerse a las que sufrió durante la crisis de 1994-95.
Expuso que la esperada alza de tasas de la Reserva Federal de Estados Unidos y los disturbios sociales que se viven actualmente, pudieran parecerse a la situación de 1994-95, pero, destacó, la salud de la macroeconomía es muy diferente.
A dos décadas de la crisis conocida como “efecto tequila”, Capistrán explicó que la diferencia es que en 1994 la subida de tasas en Estados Unidos fue abrupta e importante, mientras que ahora se espera que sea suave y que las tasas, una vez normalizadas, continúen con su tendencia secular a la baja.
En la economía mexicana, la similitud es que en 1994 hubo cambios importantes tales como la firma del Tratado de Libre Comercio, así como disturbios sociales.
En esta ocasión —continuó— se tienen las reformas estructurales y también disturbios sociales, pero las diferencias son muchas. En 1994 la moneda estaba controlada por una banda de flotación, las reservas internacionales eran muy bajas, la deuda del gobierno estaba en su mayoría en dólares y la duración era menor a un año”.
Sobre el tipo de cambio destacó las diferencias entre la crisis de hace 20 años y la situación actual: el traspaso de movimientos del tipo de cambio a precios era muy alto. Hoy, el tipo de cambio responde libremente a condiciones de mercado, las reservas internacionales son cercanas a 200 mil millones de dólares, se cuenta con una línea de crédito flexible con el Fondo Monetario Internacional y la deuda del gobierno es relativamente pequeña.
México, protegido contra la volatilidad. México tiene actualmente “una verdadera armadura contra la volatilidad financiera internacional”, a pesar de que algunas condiciones actuales pudieran parecerse a las que sufrió el país durante la crisis de 1994-95, afirmó Carlos Capistrán.
El economista en jefe para México de Bank of America Merrill Lynch, detalló a Excélsior que el escudo contra la volatilidad internacional permite que la economía responda adecuadamente y de manera rápida a cambios en el entorno internacional, sin que se generen episodios de inflaciones altas o de contracciones económicas sustanciales.
Precisó que la esperada alza de tasas de la Fed y los disturbios sociales, que se viven actualmente, pudieran parecerse a la situación de 1994-95, pero la salud de la macroeconomía es muy diferente.
Escenarios
En ocasión del 20 aniversario de la crisis de 1994-95 conocida en el país como: “El error de diciembre” y bautizada en el mundo como la “crisis del tequila”, Capistrán hace un comparativo entre las principales diferencias y/o similitudes entre las condiciones que prevalecían en la economía nacional y la internacional a fines de 1994: “Actualmente, en la economía internacional, la similitud es que en Estados Unidos hubo un aumento importante de tasas de interés en 1994, y ahora estamos a unos meses de que la Reserva Federal empiece un nuevo ciclo de tasas de interés”.
La diferencia es que en 1994 la subida de tasas en Estados Unidos fue abrupta e importante, mientras que ahora se espera que sea suave y que las tasas, una vez normalizadas, continúen con su tendencia secular a la baja”, abundó Carlos Capistrán.
En la economía nacional, la similitud es que en 1994 hubo cambios importantes, tales como la firma del Tratado de Libre Comercio así como disturbios sociales”, indicó.
“En esta ocasión se tienen las reformas estructurales y también disturbios sociales, pero las diferencias son muchas: en 1994 la moneda estaba controlada por una banda de flotación, las reservas internacionales eran muy bajas, la deuda del gobierno estaba en su mayoría en dólares y la duración era menor a un año”.
Tipo de cambio. Por otro lado, el traspaso de movimientos del tipo de cambio a precios era muy alto; hoy en día, el tipo de cambio responde libremente a condiciones de mercado, las reservas internacionales son cercanas a 200 mil millones de dólares, se cuenta con una línea de crédito flexible con el Fondo Monetario Internacional, la deuda del gobierno es relativamente pequeña como porcentaje del PIB, la mayor parte de la deuda está en pesos, la deuda tiene una duración promedio de ocho años (en pesos) y de cerca de 16 años moneda extranjera (dólares, euros, yenes)”, enfatizó.
Y algo muy importante para el banco central: el traspaso de movimientos en el tipo de cambio a la inflación es muy bajo, lo que le permite al banco central no tener que subir tasas en respuesta a una depreciación abrupta del peso. Otra diferencia está en las cuentas externas, que en esta ocasión están bastante más balanceadas”, recalcó.
Respecto de las causas de la crisis de fines de 1994 y 1995 respondió que “la crisis en 1994 fue una crisis cambiara que tuvo como una de sus causas un apreciación artificial del peso que generó diversas consecuencias negativas cuando el gobierno permitió que el peso se depreciará entre 13 y 15 por ciento en diciembre de 1994, todavía utilizando una banda de flotación”.
Entre estas consecuencias estuvieron inflación y una contracción económica que fueron sustanciales. La crisis se amplificó cuando los inversionistas extranjeros no estuvieron interesados en renovar los tesobonos (deuda de corto plazo indexada a dólares), lo que provocó que el banco central tuviera que comprar dólares usando los pesos que ya se habían depreciado considerablemente, expuso.
Eventualmente, el gobierno no tuvo más remedio que dejar flotar la moneda de manera libre, con lo que el peso se depreció eventualmente cerca de 50 por ciento.
El peso está ent6re las monedas más resistentes.. Hasta hace un mes, antes de la caída de los precios del petróleo, el peso mexicano había sido de las monedas menos golpeadas entre los países emergentes, y había sorteado con relativa fortaleza los embates de la volatilidad financiera internacional, en parte, debido a la favorable expectativa que existe por el país.
Sin embargo, en el último mes la moneda nacional fue de las que más se depreciaron, después del rublo ruso, debido a la especulación y nerviosismo en los mercados por la caída del precio del petróleo.
Indicadores de CI Banco y Bloomberg muestran que del primero de enero al 19 de diciembre de este año el peso mexicano se depreció 12,34%, mientras que el rublo ruso lo hizo en 81,19%, el peso argentino 31,16%, el peso colombiano 19.66 y el peso chileno 16.27, la moneda de Israel lo hizo en 13,01% y la de Brasil 12,59%.
Pero en el último mes, el peso mexicano registró una depreciación de 5.21 por ciento, superada por la del rublo ruso con 18,19%. El real brasileño se depreció 3.66 por ciento, la moneda húngara lo hizo en 4.82% la turca, 4.10%, la polaca 3,80% y el peso colombiano 3,79%.
James Zalazar, analista económico de CI Banco, explicó a Excélsior que son varios factores que explican la depreciación reciente. El principal sigue siendo la política de la Reserva Federal de Estados Unidos; la caída en los petroprecios y la debilidad de la economía mundial.
“En el último mes, o mes y medio, la profundización de la caída de los precios del petróleo generó dudas sobre esta expectativa favorable, porque en parte podría estar afectando las oportunidades que genera la Reforma Energética”, subrayó.
“Es decir, que a los actuales niveles del precio del petróleo y la especulación de ciertos agentes en el mercado hacen que las inversiones en el sector, algunos proyectos, pudieran posponerse o cancelarse al dejar de ser rentables”, explicó.
“Asimismo, la intensificación de los disturbios sociales, o esta especie de hartazgo de ciertos grupos de la sociedad, vino a minar un poco esta expectativa favorable, lo que también terminó golpeando al peso mexicano”, añadió.