"Mi preocupación es que, debido a que no hay ahora una crisis financiera y los mercados están relativamente tranquilos, no estamos prestando suficiente atención a la debilidad general de la economía europea", dijo.
El presidente de EE.UU., Barack Obama, afirmó que no se le está prestando "suficiente atención" a la "debilidad" de la economía europea, al tiempo que destacó los "avances" logrados en países que, como España y Francia, han llevado a cabo reformas estructurales "muy importantes".
"Mi preocupación es que, debido a que no hay ahora una crisis financiera y los mercados están relativamente tranquilos, no estamos prestando suficiente atención a la debilidad general de la economía europea", dijo Obama durante una sesión de preguntas y respuestas con líderes empresariales del país.
El mandatario se refirió también al "debate" abierto en Europa a raíz de la crisis entre la "austeridad", promovida especialmente por Alemania, y el "deseo" de unas políticas fiscales "más flexibles" entre los países del sur del continente.
Países como España o Francia "han estado llevado a cabo reformas estructurales muy importantes", recordó Obama.
Y esos países "no han hecho todo lo que tenían que hacer en términos de proporcionar flexibilidad laboral, por ejemplo, pero están logrando avances en el tratamiento de muchas de esas cuestiones", añadió.
En el tercer trimestre del año la economía de la zona euro logró un modesto crecimiento del 0,2%, impulsada por el avance de Grecia y España, la mejora de los datos en Francia y en menor medida en Alemania, que sorteó su entrada en una recesión técnica.
El presidente no solamente se refirió hoy a la "debilidad" en Europa, sino también a la de Japón y los mercados emergentes, entre los que mencionó a Brasil como ejemplo de país cuyos líderes "reconocen que se necesita crecer más rápido".
Según Obama, ante este panorama global, Estados Unidos debe seguir consolidando su "liderazgo económico" para no correr el peligro de "retroceder" empujado por la debilidad de otros países.
No obstante, el presidente se mostró "optimista" sobre la marcha de la economía estadounidense y remarcó, entre otras cosas, que el sector privado ha creado unos 10,6 millones de empleos nuevos durante los últimos 56 meses.
Además, por primera vez en seis años, la tasa de desempleo está por debajo del 6% y, entre abril y septiembre, la economía estadounidense registró su mayor semestre de expansión desde mediados de 2003.