Es improbable que el banco central decida algún cambio al ritmo de sus compras de activos, que seguirán siendo de 60.000 millones de euros por mes hasta diciembre. Y menos de un 10% de los consultados dijeron que el BCE eliminará la posibilidad de aumentar esas compras.
El Banco Central Europeo se mostraría un poco más optimista sobre la economía en su reunión del 8 de junio y podría elevar a "equilibrada" su evaluación de riesgos o empezar a discutir sobre un cambio en sus medidas de alivio monetario, mostró un sondeo de Reuters entre economistas.
Es improbable que el banco central decida algún cambio al ritmo de sus compras de activos, que seguirán siendo de 60.000 millones de euros por mes hasta diciembre. Y menos de un 10% de los consultados dijeron que el BCE eliminará la posibilidad de aumentar esas compras.
Aunque el más reciente sondeo entre más de 65 economistas realizado la semana pasada mostró que la economía de la zona euro aún continúa en un ritmo decente de avance, su propia evaluación modesta sobre el panorama para el crecimiento y la inflación no cambió en forma significativa.
Eso sugiere que aún queda camino por avanzar antes de que el BCE decida que necesita retirar sus estímulos extraordinarios para la economía de la zona euro. El presidente de la entidad, Mario Draghi, dijo el lunes que las tasas de interés necesitan permanecer en mínimos históricos, pese al repunte de la economía.
"Eso crea una situación difícil en el BCE debido a que un robusto crecimiento y débiles presiones sobre los precios traen expectativas divergentes sobre políticas", comentó Bert Colijn, economista senior de ING.
Casi un 90 por ciento de los que respondieron una pregunta adicional dijeron que el BCE probablemente cambie su orientación o evaluación de riesgos en su reunión de política monetaria del 8 de junio.
Los analistas esperan que el banco central haga eso al declarar en su comunicado que los riesgos económicos están ampliamente equilibrados, retirando la referencia a tasas más bajas.
Los más recientes datos preliminares mostraron que la inflación en la zona euro se desaceleró más de lo previsto en mayo, lo que respalda la opinión de los integrantes del BCE de que sólo se deben hacer pequeños ajustes a estímulos y tasas.