Si tuvieran imprevistos sus reservas no cubrirían sus carencias
Lima. Los mecanismos de ahorro de los hogares peruanos son en su mayoría informales y están vinculados a ahorros a través de la familia, amigos o grupos de ahorros como los denominados panderos, señaló hoy la economista investigadora senior del BID, Verónica Frisancho.
Comentó que los mecanismos de ahorro formal (de los hogares peruanos) como las cuentas de ahorro y las cuentas sueldos son menores frente a los mecanismos de ahorro informal.
“La mayoría de instrumentos (para ahorrar) son básicos y muy pocos utilizan los certificados de depósitos, por ejemplo”, destacó la representante del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) durante su presentación en el III Foro Nacional de Educación e Inclusión Financiera 2016.
En el Perú, los niveles de ahorro son bastante bajos, pues el ahorro que depositan los hogares entrevistados mes a mes representa el 6% de sus ingresos mensuales y, además, el stock (de sus ahorros) llega a 12% de sus ingresos mensuales, mencionó.
“Cuando preguntamos a los hogares (peruanos) cuánto tienen ahorrado y ello sólo asciende a 12% de sus ingresos mensuales. Entonces, si tuvieran una emergencia y perdiesen sus ingresos mensuales, en ese mes sus ahorros no podrían cubrir sus carencias”, destacó.
En el Perú, los hogares usan más sus ahorros en activos y/o inversiones y en gastos diarios y/o emergencias, manifestó en el evento organizado por la Asociación de Bancos del Perú (Asbasnc) y el Centro de Estudios Financieros (Cefi) de Asbanc.
“Todo esto implica que ahorremos poco y mal mediante medios informales. Eso hace que las inversiones que se realizan con estos ahorros, luego de cubrir imprevistos, sean por montos menores (y en bienes pequeños)”, destacó.
En otro momento, mencionó que los ahorros de los hogares, empresas y gobiernos debería direccionarse hacia los bancos y mercados de capitales, quienes aglutinan estos recursos para dirigirlos a inversiones más productivas en salud y educación, en infraestructura y en más y/o mejores empleos.
Lamentablemente, eso no sucede en Latinoamérica y Perú no es el único que lo enfrenta, resaltó Frisancho. “En América Latina, los hogares, las empresas y los gobiernos esquivan el sistema financiero y sus ahorros los usan en consumo, autofinanciamiento o lo guardan debajo del colchón”, dijo.
La composición del ahorro nacional bruto (ANB) en Latinoamérica es 61% ahorro de las empresas, 28% ahorro de hogares y 11% ahorro público, indicó.
En Latinoamérica, el ahorro privado de las empresas se mantiene como fondos internos por los menores costos de financiamiento y porque otorga mayor liquidez frente a oportunidades de inversión, sostuvo.
“Las empresas en la región está ahorrando a un mejor ratio que las empresas de otras partes del mundo”, refirió.
De otro lado, dijo que el ahorro es fuente de inversión y crecimiento, y brinda estabilidad económica a nivel macro, mientras que a nivel micro permite suavizar el consumo.
En Latinoamérica, una de las principales barreras para el ahorro formal por la senda de la oferta (instituciones financieras) es el desarrollo limitado del mercado financiero: por los elevados costos de operación y cobertura, y del mercado de capitales, dijo.
Una de las principales barreras para el ahorro formal en Latinoamérica por el camino de la demanda (usuarios) están los sesgos de comportamiento, la confianza en el sistema financiero y los altos niveles de informalidad en la economía, destacó.