La jefa de la división de Mercados Financieros del BID, Gema Sacristán, que recordó que las mujeres son responsables del 64% de las decisiones sobre compras en el mundo y que "mil millones de mujeres entrarán en la economía formal en los próximos años".
Las empresarias tienen menos oportunidades de "iniciar negocios, fracasar y empezar otros negocios utilizando la experiencia adquirida".
Latinoamérica y el Caribe tienen mucho camino por recorrer para aprovechar el potencial que el sector femenino de la población ofrece a las economías de la zona, afirmaron expertos durante la 55ª asamblea anual del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Las cifras son imposibles de ignorar, como destacó la jefa de la división de Mercados Financieros del BID, Gema Sacristán, que recordó que las mujeres son responsables del 64% de las decisiones sobre compras en el mundo y que "mil millones de mujeres entrarán en la economía formal en los próximos años".
Pero, a pesar de ello, sectores como el financiero ignoran o son incapaces de aprovechar este potencial, especialmente en América Latina.
"La realidad es que los bancos del mundo, pero de Latinoamérica en particular, no están aprovechando la gran oportunidad que significa el segmento de la mujer. Por un lado, a día de hoy, la mayoría no saben a cuántas mujeres están llegando", dijo Sacristán.
"No tienen sistemas de gestión adaptados que les permita saber cuáles son o cuántas son sus clientas actuales. Y por otro, el gran escollo que se encuentran los que quieren hacerlo es el cómo", añadió.
Recientemente, el Fondo Multilateral de Inversiones (Fomin), una de las instituciones del Grupo BID, publicó un estudio sobre las barreras al éxito de las empresarias de elevado crecimiento (cuyos negocios han crecido al menos 20% anualmente durante tres años) de Latinoamérica y el Caribe.
Nancy Lee, gerente general del Fomin, dijo que este grupo es muy importante para el empleo y el crecimiento económico.
"En algunos países -aseguró-, este grupo puede representar sólo un 10% de las empresas del país. Pero acumulan el 50 o 60% de la creación de empleo".
El estudio del Fomin es especialmente importante porque, como Lee y Sacristán destacaron, Latinoamérica y el Caribe es una de las regiones del mundo donde hay más empresarias, lo que demuestra que la motivación de iniciar negocios no es un problema y que "el hecho de que sus negocios no crezcan se debe a otros factores".
Lee dijo que la comparación descubrió muchas similitudes entre empresarios y empresarias "pero algunas diferencias eran muy importantes".
Por ejemplo, los empresarios masculinos suelen ser más jóvenes que las mujeres, menores de 28 años, hecho que Lee explicó porque esos años suelen ser "de maternidad" para las mujeres.
Pero el retraso significa que las empresarias tienen menos oportunidades de "iniciar negocios, fracasar y empezar otros negocios utilizando la experiencia adquirida".
"El otro punto es que los hombres suelen tener más oportunidades para estudiar en el extranjero y tener redes de contacto en el extranjero. Así que cuando inician negocios están más enfocados a exportar, que es uno de los indicadores de éxito en negocios de elevado crecimiento" explicó Lee.
Pero hay un tercer aspecto que Lee señala y está relacionado con el área de experiencia de Sacristán, los servicios financieros.
"Las mujeres tienden a depender de la familia, y en menor medida de los bancos, para la financiación de sus negocios. Los hombres tienen más acceso a liquidez, inversores, incluidos inversores que no son ni amigos ni familiares" dijo Lee.
"Lo que significa es que las mujeres suelen depender más del endeudamiento para financiar sus negocios de elevado crecimiento, lo que puede ser arriesgado y puede limitar su crecimiento" añadió.
No solo eso, como los bancos latinoamericanos no "llegan" al sector femenino, como señala Sacristán, la barrera financiera se multiplica.
Pero Sacristán también indicó que el BID está "ayudando a los bancos comerciales de Latinoamérica y el Caribe para darles acceso a fuentes de fondeo que les permitan financiar el establecimiento de programas y llegar a sus clientas mujeres en particular".
Sacristán destaca que en la región ya se empiezan a ver los resultados, como la Hipoteca Mujer del banco mexicano Banorte o el programa Banca Mujer del Banco Nacional de Costa Rica, pioneros en el acercamiento a las mujeres.
En concreto, el programa Mujer Banorte busca "que las mujeres pueden crear un capital a través de una propiedad inmobiliaria que les permita entre otras cosas tener una garantía para cuando quieran crear una empresa o poner en valor su emprendimiento", dijo Sacristán.