Desde mediados de 2009, la inflación subyacente ha tenido un comportamiento positivo. Mantuvo una tendencia gradual pero constante a la baja en lo que va del año.
El comportamiento de la inflación en México, ha sido excepcional en comparación con otras economías de América Latina. Tras un ruidoso comienzo en enero, el componente no subyacente permitió un descenso sustancial de la inflación anual en el primer trimestre, llevando a la inflación general a la baja hacia el centro de la meta de Banxico (3%) en marzo. Sin embargo, los volátiles precios de los productos agrícolas y los crecientes precios de los alimentos procesados continúan siendo un riesgo inflacionario para el futuro.
Inflación subyacente bajo control, atentos a despuntes en el componente no subyacente
Desde mediados de 2009, la inflación subyacente ha tenido un comportamiento positivo. Mantuvo una tendencia gradual pero constante a la baja en lo que va del año, cayendo a 3,18% anualizado en abril, del 3,58% de diciembre. Esto fue producto, principalmente, del declive continuo del componente de los servicios —que en el mismo periodo cayó de 3,36% a 2,44%— reflejando claramente que la demanda doméstica aún se recupera a un ritmo modesto. Además, la evolución benigna del subíndice de servicios compensó completamente el modesto incremento de la inflación subyacente en las mercancías —que avanzó de 3,82% a 4,07% entre diciembre y abril—, producto de las presiones en los precios alimenticios.
Las mercancías no alimenticias se han beneficiado de la apreciación del Peso. A pesar de que el comportamiento benigno del componente no subyacente contribuyó al descenso de la inflación general en el primer trimestre, es improbable que esto continúe en el segundo trimestre. Las cifras de inflación de abril ya parecen respaldar este criterio. Mientras las menores tarifas eléctricas del verano permitieron un descenso del componente energético y de precios administrados —su tasa anual de crecimiento cayó a 4,04% anualizado del 4,96% anualizado anterior—, los precios agrícolas en contraste registraron un crecimiento de 5,71% anualizado, tras la cifra deflacionaria de 6.36% anualizado de marzo. Como resultado, la inflación no subyacente rebotó al 3,90% anualizado en abril, tras haberse registrado al 2,46% en marzo.
Los alimentos procesados y los productos agrícolas impulsan la inflación en el segundo trimestre
Analizando la inflación mensual y a los componentes alimenticios del IPC, los precios de algunos alimentos procesados y de algunos productos agrícolas comienzan a calentarse. Por ejemplo, el grupo que incluye al pan, la tortilla y los cereales —representando el 3,7% del IPC— ha conservado una tendencia al alza desde junio del año pasado. La tortilla (1,59% del IPC) y los productos del maíz (0,17% del IPC) han contribuido, en promedio, 16 puntos base mensuales a la inflación anual en lo que va del año.
De manera similar, la tendencia a la baja que las frutas y los vegetales (casi el 4,2% del IPC) han observado desde diciembre 2010 parece estar rebotando. Mientras que los frutos frescos (1,3% del IPC) han contribuido un promedio de 20 puntos base a la inflación anual en lo que va del año, los volátiles precios de los vegetales (2,1% del IPC) añadieron 6 puntos base a la inflación general de abril, tras recortar 41 puntos base en marzo.