El ministro de Economía, Mario Guillén, aseguró que la crisis financiera en Argentina no supone un factor de riesgo para Bolivia, porque el país ha tomado políticas expansivas y anticíclicas en aplicación de su modelo económico.
La Paz. Bolivia ha desplegado escudos para enfrentar amenazas de una posible crisis internacional, como la de Argentina, a través de una serie de políticas expansivas y anticíclicas en aplicación de su modelo para sostener el crecimiento económico, controlar la inflación y principalmente fortalecer la estabilidad, según el gobierno y expertos economistas.
El ministro de Economía, Mario Guillén, aseguró que la crisis financiera en Argentina no supone un factor de riesgo para Bolivia, tomando en cuenta que los modelos económicos de ambos países tienen parámetros muy distintos.
"Además venimos ejecutado una serie de medidas anticíclicas para evitar afectaciones como la crisis en Argentina. Nosotros estamos tranquilos, tenemos nuestro modelo económico que está estable y que es reconocido en el exterior", manifestó.
Según el análisis de Guillén, el modelo económico argentino priorizó el mercado externo, se abrió a la inversión extranjera, y al no generar lo suficiente, devaluó su moneda, lo que ocasionó un desequilibrio en sus valores de pago.
Argentina, después de Brasil, es uno de los dos principales mercados de exportación de Bolivia, principalmente de gas natural. En medio de la tensión por la cotización del dólar, el presidente de Argentina, Mauricio Macri, anunció que acudirá al Fondo Monetario Internacional (FMI) para obtener un préstamo financiero de US$30.000 millones que le ayude a atravesar la actual crisis económica.
Por su parte, el economista y ex presidente del Banco Central de Bolivia (BCB), Marcelo Zabalaga, en entrevista con Xinhua, manifestó que en la última década el gobierno supo aplicar políticas micro y macroeconómicas apuntaladas para dinamizar la economía interna, sin depender necesariamente de la externa, lo que le permitió establecer un cierto blindaje ante amenazas internacionales.
Dijo que se pueden colectar cuatro elementos fundamentales que han permitido al país andino amazónico salir a flote ante los embates críticos de la economía global entre 2008 y 2014, y que actualmente está preparado para una nueva posible crisis internacional.
El experto dijo que el modelo económico boliviano se encuentra sostenido sobre la nacionalización, siendo el Estado dueño de los recursos naturales y quien los administra.
Asimismo, dijo que el segundo patrimonio de la economía es que estos recursos naturales se convierten en ingresos, los cuales se redistribuyen en la sociedad y no hay fuga de divisas como sucedía anteriormente cuando las transnacionales eran dueñas de los recursos naturales y empresas estratégicas bolivianas.
Otro blindaje, continuó, es que los recursos económicos bolivianos son reinvertidos en el mismo país. "La plata que tenemos se reinvierte en el mercado interno, por lo tanto, se expande en empresas, industrias", agregó.
Un cuarto blindaje es que Bolivia no depende económicamente del Banco Mundial (BM), del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de las empresas transaccionales.
Ciclicas y expansivas. Zabalaga manifestó que Bolivia antes dependía de los créditos internacionales, de la fluctuación del dólar estadounidense, de la cooperación y la inversión extranjera y no era dueña de sus recursos naturales, situación que la volvía vulnerable y propensa a los efectos de cualquier crisis externa.
Dijo que el país andino amazónico atenuó los efectos nocivos de la crisis mundial con medidas contracíclicas, que consisten en invertir y producir más para compensar las pérdidas, en lugar de rebajar sus expectativas y ahorrar recursos, como hacen otros países.
Consideró que una de las principales medidas es la creciente inversión pública, que ascendió de US$2.000 millones a US$8.000 millones en 2018, con recursos que permiten dinamizar diversos aspectos de la economía, como la construcción, la agricultura, la manufactura, el comercio y los servicios. "El Estado asumió el motor de la economía", aseveró.
Asimismo, destacó que el BCB viene ejecutado una serie de políticas expansivas que fueron implementadas desde la caída de los precios de las materias primas en 2014. Estas acciones permitieron que Bolivia se destaque con una de las inflaciones más bajas de la región y un crecimiento entre los más altos de América del Sur, pese al débil contexto internacional.
En efecto, en 2017 el BCB intensificó la orientación expansiva de la política monetaria frente a un descenso excepcional de la liquidez, inyectando un volumen importante de recursos que permitió mantener la liquidez en niveles adecuados y bajas tasas de interés; de esta manera, se ha contribuido a sostener el dinamismo del crédito.
En política cambiaria, se mantuvo la estabilidad del tipo de cambio nominal, lo que contribuyó a implementar la política monetaria expansiva, fijar las expectativas del público sobre el valor del dólar, mantener baja la inflación importada e impulsar el proceso de bolivianización, que es imponer la moneda nacional en las transacciones financiaras respecto del dólar.