Mientras el coronavirus sigue propagándose por Brasil, el presidente Bolsonaro está optando cada vez más por el punto de vista compartido con su homólogo estadounidense, Donald Trump, de que hay que priorizar los empleos frente a los perjuicios económicos.
Río de Janeiro. El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, dijo este miércoles que algunos gobernadores y alcaldes son culpables de crímenes por organizar cierres contra el coronavirus que amenazan con "destruir" la economía de Brasil, e instó a la reapertura de los comercios para sobrevivir a la crisis.
Mientras el coronavirus sigue propagándose por Brasil, Bolsonaro está optando cada vez más por el punto de vista compartido con su homólogo estadounidense, Donald Trump, de que hay que priorizar los empleos frente a los perjuicios económicos que pueden generar los cierres recomendados por las autoridades de salud pública.
Tanto Trump como Bolsonaro han fiado sus presidencias a la economía, y ambos saben que una fuerte desaceleración podría ser catastrófica para sus posibilidades de reelección.
"Si las empresas no producen, no pagarán salarios. Si la economía colapsa, los trabajadores públicos tampoco recibirán nada. Tenemos que abrir los negocios y hacer todo lo que podamos para preservar la salud de los mayores", tuiteó Bolsonaro temprano en la mañana del miércoles.
El mandatario, un capitán del Ejército en retiro de extrema derecha, está siendo sometido a una creciente presión por su manejo del brote, incluso con caceroladas de protesta durante las noches en todo Brasil. Los sondeos de opinión indican que su popularidad está cayendo.
La nueva postura pronegocios de Bolsonaro se endureció en un ampliamente criticado discurso a la nación el martes, en el que minimizó el impacto probable de la "pequeña gripe" en Brasil e instó a los alcaldes y gobernadores a dar marcha atrás en sus medidas de cierre, que en la práctica han provocado la paralización de ciudades como Río de Janeiro y Sao Paulo.
El miércoles, desde Brasilia, Bolsonaro volvió a cargar contra los gobernadores por sus medidas de aislamiento.
"Lo que están haciendo algunos gobernadores y alcaldes en Brasil es un crimen. Están destruyendo Brasil", afirmó. "¿Qué debemos hacer? Poner a trabajar a esa gente, proteger a los mayores y a los que tienen problemas de salud, nada más".
Las muertes por coronavirus en Brasil se elevaron el martes de 34 a 46 y el número de casos subió de 1.891 a 2.201, según datos gubernamentales.
No obstante, pese al incremento de las cifras, Bolsonaro dijo que la mayoría de la gente, incluido él mismo, no tiene nada que temer del COVID-19.
"En mi caso particular, con mi historial como deportista, si me infectara con el virus no tendría motivo para preocuparme, no sentiría nada o, como mucho, tendría una pequeña gripe", señaló.