La falta de cobertura a los tipos de cambio "aumenta la vulnerabilidad de las empresas de las economías emergentes ante los efectos combinados de una desaceleración de la economía nacional, una depreciación de la moneda y un aumento de las tasas de interés a nivel mundial", dice el BPI.
Las empresas de mercados emergentes han aumentado su endeudamiento, una proporción muy elevada de la deuda está denominada en divisas y muchas de estas empresas no tienen cubierta la exposición a los tipos de cambio.
Esta es una de las conclusiones del último informe trimestral del Banco de Pagos Internacionales (BPI), publicado este domingo, en el que dedica tres capítulos a analizar el endeudamiento de las empresas de mercados emergentes.
La falta de cobertura a los tipos de cambio "aumenta la vulnerabilidad de las empresas de las economías emergentes ante los efectos combinados de una desaceleración de la economía nacional, una depreciación de la moneda y un aumento de las tasas de interés a nivel mundial", dice el BPI.
Los prestatarios corporativos de las economías emergentes han ampliado el vencimiento medio de los títulos de deuda internacional de nueva emisión.
"Esto reduce su riesgo de refinanciación, pero al mismo tiempo hace que los precios de la deuda sean más sensibles a la variación de los rendimientos, transfiriendo con ello los riesgos de los prestatarios a los bonistas", advierte el BPI.
Las empresas de numerosas economías de mercado emergentes han aprovechado las condiciones financieras mundiales extraordinariamente favorables para aumentar su grado de endeudamiento y apalancamiento en el exterior.
Una parte importante de esa emisión se ha realizado a través de filiales en Londres, Hong Kong o las Islas Caimán y no directamente a través de la matriz.
Los prestatarios del sector privado (no bancario) en las principales economías emergentes emitieron títulos de deuda internacionales por valor de US$375.000 millones (290.000 millones de euros) entre 2009 y 2012, más del doble de la emisión en los cuatro años anteriores a la crisis, según cifras del BPI.
Las gestoras internacionales de activos concentran una proporción considerable de acciones y deuda de los mercados emergentes.
Las turbulencias en las economías de mercado emergentes a raíz de los anuncios de retirada de estímulos por la Reserva Federal (Fed), a mediados de 2013, recordaron que las grandes gestoras pueden tener un fuerte impacto en los mercados de activos relativamente pequeños e ilíquidos de dichas economías.
Los datos de la empresa de servicios financieros EPFR Global muestran, que ha crecido la cantidad de activos gestionados por fondos de inversión especializados en economías emergentes, desde el pico de US$900.000 millones en octubre de 2007, antes de la quiebra de Lehman Brothers, hasta US$1,4 billones en mayo de 2014 (698.000 millones de euros y 1 billón de euros respectivamente).
Los fondos registrados en la base de datos EPFR concentran actualmente cerca del 8,5 % del total de acciones y deuda en circulación de los mercados emergentes.
Estos mercados podrían desestabilizarse ante la mayor influencia de las gestoras de activos.
"Compras y amortizaciones simultáneas por parte de sus inversores finales pueden obligar a los fondos a comprar y vender simultáneamente", añade el BPI.
Aunque muchos inversores institucionales y otros bonistas operan con apalancamiento (endeudamiento) bajo o nulo, podrían actuar como si estuvieran apalancados si utilizan indexaciones generalizadas, indicadores del rendimiento relativo o coberturas dinámicas para compensar las pérdidas por venta de opciones u otras prácticas para obtener la máxima la rentabilidad.
En consecuencia, podrían verse obligados a vender en un mercado bajista y esto podría ocasionar costes significativos a la economía, en forma de un crecimiento más lento o condiciones financieras más restrictivas.