El gobierno no tiene necesidad de financiamiento externo y las emisiones que realizó el año pasado siguen siendo buenos referenciales para las firmas locales que consideran emitir deuda en el exterior, dijo José Franco Medeiros de Morais, subsecretario de Deuda Pública del Tesoro Nacional.
Brasil no tiene planes por ahora de vender deuda en los mercados internacionales, pese a condiciones más favorables que han llevado a varias naciones emergentes a emitir bonos soberanos este año, dijo a Reuters un funcionario del Tesoro brasileño.
El gobierno no tiene necesidad de financiamiento externo y las emisiones que realizó el año pasado siguen siendo buenos referenciales para las firmas locales que consideran emitir deuda en el exterior, dijo José Franco Medeiros de Morais, subsecretario de Deuda Pública del Tesoro Nacional.
"Esos referenciales siguen líquidos por lo que no es prioritario emitir deuda internacional por ahora", dijo Morais. El funcionario indicó que en lo que va de 2017 las empresas del país han vendido 7.700 millones de dólares en deuda externa.
"No se necesita colocar otro referencial porque las corporaciones tienen acceso a los mercados", agregó Morais.
Varias naciones de mercados emergentes, como Chile, Argentina y Colombia, vendieron bonos en los días previos al 20 de enero, cuando Donald Trump asumió la presidencia de Estados Unidos, aprovechando el fuerte interés de los inversores.
Pero en el caso de Brasil, sus obligaciones externas representan apenas un 4 por ciento de la deuda pública federal, por que tradicionalmente vende bonos globales para fijar un referencial a los emisores corporativos locales.
El año pasado, Brasil emitió 3.000 millones de dólares en bonos globales con vencimiento en 2026 y 2047 tras pasar 18 meses sin acudir a los mercados internacionales ante una profunda recesión y una compleja crisis política, en la que el país fue despojado de sus calificaciones de grado de inversión.
Aunque la economía sigue en recesión, la tensión política ha bajado y se ha reactivado el apetito de los inversores por activos brasileños. El diferencial de la deuda brasileña contra los bonos estadounidenses cayó casi 600 puntos básicos desde 2016, el mayor declive entre las mayores economías emergentes.
Esta semana, el costo de asegurar la deuda de Brasil contra un incumplimiento de pagos (CDS) declinó a su punto más bajo desde enero de 2015, si bien se mantiene alto en relación a los de sus pares de mercado emergente.
Morais afirmó que espera que la calificadoras revisen el panorama de Brasil a "estable" desde "negativo" este año, en la medida que el gobierno se apresura a conseguir la aprobación de las reformas al sistema de pensiones y al de jubilación.
"El ritmo de aprobación de reformas en 2016 sorprendió a los mercado y yo espero que ese ritmo se mantenga", declaró el funcionario. "Está claro que nuestra economía está en un punto de inflexión".