El economista Gabriel Mello, de la consultora Lafis, afirmó que "desde 2013 hubo problemas políticos cada año que contribuyeron a arruinar la economía o a frustrar las esperanzas para salir de la crisis (...) y en 2020, el horizonte se visualiza mejor que nunca".
Río de Janeiro. Brasil lo tiene todo a favor para que 2020 sea el año que impulse definitivamente la economía del país y retome el notable crecimiento económico y social que hubo durante la década pasada, según aseguró a Xinhua el economista Gabriel Mello.
En una entrevista concedida, Mello, de la consultora Lafis, afirmó que "cada año desde 2013 hubo problemas políticos que contribuyeron a arruinar la economía o a frustrar las esperanzas para salir de la crisis, ya sea con un impeachment, casos de corrupción o un panorama internacional desfavorable, aunque en 2020, el horizonte se visualiza mejor que nunca económicamente".
"Lógicamente que el país no es inmune a los choques externos de la economía mundial, que también puede ser afectada por cualquier problema o disputa política, pero la situación actual deja a Brasil en una posición en la que podría doblar el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) logrado en los últimos años", comentó.
"No hay duda que las condiciones ahora para 2020 son las mejores desde 2014, para que el país tenga una retomada consolidad, aunque sea débil. No hay que olvidar el que el desempleo sigue bien alto, superando el 11% de la población, y que los salarios crecen de forma muy lenta", aseguró.
Sobre el PIB brasileño, Mello dijo que "lo más razonable es esperar que haya un crecimiento superior al 2%, aunque no deja de ser una cierta ilusión. El país está más pobre ahora de lo que lo estaba en 2010, debido a la recesión que empezó en 2014".
Un problema, según el economista, que podría afectar la economía brasileña el año que viene es las elecciones municipales que habrá en todo el país.
Para Mello, "la economía depende de ajustes profundos y de la responsabilidad del Congreso, porque el presidente Bolsonaro no tiene una coalición política ni una buena relación con el resto de partidos. Por lo tanto, aunque haya una buena voluntad, el destino de algunas reformas propuestas todavía es incierto, porque tampoco se sabe cómo Bolsonaro participará en estas elecciones municipales".
"Además, al ser un año electoral, el año político en Brasil es más corto, con menos tiempo para que el Congreso vote proyectos importantes, que pueden quedar para 2021, dejando un futuro muy incierto", agregó.
En el plano internacional, Mello destacó que "la economía mundial está desacelerando, principalmente por la extraña forma de hacer política y diplomacia que tiene el presidente estadounidense, Donald Trump, que perjudica el comercio y las inversiones en el planeta con varias de sus decisiones".
"En 2020, Trump enfrentará un impeachment y unas elecciones en las que no hay ningún claro favorito, por lo que intuyo que si es reelegido, los mercados podrían no reaccionar bien, causando más problemas a nivel global", explicó.