La Casa de Moneda, controlada por el Estado, pidió este lunes a los trabajadores que aumenten la producción de papel moneda desde mayo y que hagan horas extras si es necesario, según un documento revisado por Reuters.
Sao Paulo. Brasil se está quedando sin moneda fuerte necesaria para pagar los fondos de ayuda a las personas empobrecidas por la crisis del coronavirus, según dos fuentes y un documento revisado por Reuters, un nuevo problema para el programa de estímulo del país.
El efectivo es vital en Brasil, donde casi un tercio de la población no está bancarizada y carece de acceso a tarjetas de crédito y débito.
La Casa de Moneda, controlada por el Estado, pidió este lunes a los trabajadores que aumenten la producción de papel moneda desde mayo y que hagan horas extras si es necesario, según un documento revisado por Reuters.
La carta agrega que se necesitan billetes adicionales para la ayuda, a la que se calcula postularán unos 60 millones de personas.
El programa para entregar 600 reales (US$102,90) al mes a aquellos que carecen de contratos de trabajo regulares ya ha tenido un despliegue problemático.
En las sucursales de Caixa Econômica Federal, el banco estatal, se forman filas enormes, con el riesgo de contagio en medio de la pandemia; algunas personas que no poseen cuentas bancarias incluso acampan en la noche para acceder al efectivo.
Los tropiezos en el programa se producen en medio de las crecientes críticas de que el gobierno del presidente Jair Bolsonaro no ha tomado medidas suficientemente drásticas para estimular una economía que, según algunas previsiones, podría tener una contracción de dos dígitos este año.
Según el Banco Mundial, alrededor del 30% de la población de Brasil no tiene servicios bancarios, porcentaje mayor que en China e incluso India.
El gobierno comenzó a pagar una cuota inicial bajo el programa a principios de abril, pero retrasó la segunda, programada para fines del mes pasado. Es probable que se publique un nuevo horario en los próximos días.
Una de las fuentes culpó directamente a la escasez de dinero por el retraso en la segunda entrega, mientras que otra dijo que aún no podía pagarse porque la primera todavía estaba en progreso, al tiempo que confirmó que había falta de moneda dura.
El banco central de Brasil, que supervisa el suministro de dinero, confirmó que ha estado en conversaciones con la Casa de Moneda para que aumente su producción, según un comunicado enviado a Reuters.
La cantidad de dinero en circulación ya ha aumentado un 23% interanual a 291.200 millones de reales, pero gran parte del papel moneda adicional está siendo acumulado por personas y empresas debido a las preocupaciones sobre la crisis y porque gran parte de la economía está cerrada.
Caixa Econômica calcula que casi 30 millones de cuentas digitales serán abiertas por personas no bancarizadas como consecuencia del pago de emergencia, un legado que se espera que ayude a las personas cuando termine la pandemia.