En el resultado acumulado del año, de enero a septiembre, el déficit en cuenta corriente sumó US$2.706 millones, una reducción significativa con relación al déficit de US$13.590 millones calculados en el período equivalente de 2016.
Brasil registró en septiembre pasado un superávit de US$434 millones en cuenta de transacciones corrientes, por encima del superávit de US$300 millones proyectado por el gobierno, informó este jueves el Banco Central (BC).
En el resultado acumulado del año, de enero a septiembre, el déficit en cuenta corriente sumó US$2.706 millones, una reducción significativa con relación al déficit de US$13.590 millones calculados en el período equivalente de 2016.
La cuenta corriente es formada por la balanza comercial, la cuenta de servicios y rentas, y las transferencias unilaterales, es decir, recursos enviados por brasileños que viven fuera del país.
La balanza comercial tuvo un superávit de 4.918 millones de dólares en septiembre anterior, los servicios un déficit de US$2.880 millones, las rentas primarias saldo negativo de US$1.995 millones y los ingresos secundarios un superávit de US$390 millones.
En el acumulado de los últimos 12 meses terminados en septiembre, el déficit de transacciones corrientes sumó US$12.646 millones, lo que representó 0,63% del Producto Interno Bruto (PIB) estimado por el BC.
La última proyección del BC, divulgada a fines de septiembre pasado, indicó la continuidad de caída en el déficit hasta finales del año.
La estimación es que las cuentas externas cierren el año con un saldo negativo de US$16.000 millones, equivalentes al 0,77% del PIB.
El BC también dio a conocer que las inversiones extranjeras directas en la economía brasileña avanzaron a US$6.330 millones en septiembre de este año, ante US$5.200 millones en el mismo mes de 2016.
En los primeros nueve meses de este año, las inversiones extranjeras subieron a US$51.750 millones, ante US$46.520 millones en igual período del año pasado.
Para 2017, el BC estima un ingreso de US$75.000 millones en inversiones extranjeras directas en la economía brasileña.
De este modo, las inversiones continuarían en números suficientes para financiar con holgura el déficit de las cuentas externas del período.