La previsión de la Fundación Getulio Vargas (FGV) es que en esta década presente, Brasil tendrá un crecimiento más bajo que el que tuvo en la década de 1980, conocida como la década perdida, cuando el PIB avanzó una media del 1,6% anual.
Río de Janeiro. Brasil tendría en esta década el crecimiento medio de su Producto Interno Bruto (PIB) más bajo de los últimos 120 años, con una media entre 2011 y 2020 de apenas el 0,9%, según un estudio divulgado este lunes por la Fundación Getulio Vargas (FGV).
A falta de conocer el resultado del PIB brasileño en 2019 y en 2020, la previsión de la FGV es que en esta década presente, Brasil tendrá un crecimiento más bajo que el que tuvo en la década de 1980, conocida como la década perdida, cuando el PIB avanzó una media del 1,6% anual.
El flojo desempeño de la economía brasileña esta década se explica por el empeoramiento de las condiciones macroeconómicas de Brasil.
Desde 2014, la mayor economía de América Latina ha tenido sucesivos déficits en las cuentas públicas, lo que llevó a un aumento acelerado de la deuda del país y con ello, una desconfianza sobre la salud financiera, afectando la tasa de crecimiento de la economía.
"Hubo un gran desorden en la economía en esta década. Los errores de la política económica llevaron a una caída muy fuerte del PIB en algunos años y ahora producen una lenta recuperación", comentó el investigador de la FGV y responsable por el estudio, Marcel Balassiano.
Entre 2015 y 2016, Brasil vivió la peor recesión económica de su historia, con un crecimiento negativo del PIB del 3,5% y 3,3% respectivamente. Algo similar sucedió durante 1930 y 1931.
La salida de la recesión ha sido más débil de lo esperado y en 2017 y 2018 la economía brasileña creció apenas un 1,1% en ambos años. Para 2019 la previsión del mercado financiero es que el PIB brasileño crezca un 2%.
"La salida de la recesión más reciente está más difícil por varias razones. Cuando salimos de la recesión, no teníamos disponibles los instrumentos clásicos de la política monetaria y fiscal para estimular la economía. La inflación estaba en dos dígitos y el fiscal era el origen del problema", agregó el economista.
Además de los problemas estructurales de la economía brasileña, otros factores puntuales perjudicaron la recuperación económica de Brasil. El año pasado, la huelga de camioneros en el mes de mayo, que paralizó todo el país, y la incertidumbre sobre las elecciones de octubre afectaron la actividad económica. También afectó la desaceleración económica de Argentina, principal socio comercial de Brasil en Sudamérica.
"Este año todavía se sienten un poco estos choques. Argentina y el mundo siguen en desaceleración, afectando el crecimiento del comienzo de 2019", comentó Balassiano.
Para acelerar el crecimiento en los próximos años, el Gobierno debería resolver la cuestión de las maltrechas cuentas públicas brasileñas, principalmente, la reforma de la seguridad social y pensiones, considerada clave. Si tira adelante, podría generar inversiones que acelerarían el crecimiento económico.
"Nuestro problema fiscal es enorme y necesita ser resuelto para permitir la vuelta de un crecimiento más robusto", dijo Balassiano, recordando que la previsión del Gobierno para 2019 es de un negativo de 139.000 millones de reales (US$35.734 millones) en las cuentas públicas.