El contralor general de Brasil, Valdir Simão, dijo que su oficina, conocida como la Contraloría General de la Unión (CGU), comenzó a recopilar información sobre las firmas brasileñas.
Brasil comenzó a vigilar a sus compañías multinacionales para revisar posibles prácticas de corrupción que pudieran estar cometiendo en otros países, como consecuencia de un enorme escándalo de sobornos ocurrido a nivel local, dijo a Reuters el máximo funcionario anticorrupción del país.
Seis años después de animar a los conglomerados locales a expandirse más allá de Brasil con créditos baratos y normas regulatorias simplificadas, el Gobierno intenta asegurarse ahora de que estén cumpliendo con los estándares internacionales de transparencia y gobernanza corporativa.
El contralor general de Brasil, Valdir Simão, dijo que su oficina, conocida como la Contraloría General de la Unión (CGU), comenzó a recopilar información sobre las firmas brasileñas que operan en el extranjero, al tiempo que está en conversaciones con autoridades estadounidenses para sellar un acuerdo de cooperación para combatir la corrupción corporativa.
"Estamos elaborando un mapa de dónde están presentes las compañías brasileñas, en qué mercados y qué actividades económicas, para identificar las áreas de mayor riesgo y decidir con qué países firmamos acuerdos bilaterales", comentó Simão a Reuters en una entrevista realizada esta semana.
Las autoridades brasileñas ya están intercambiando información con el Departamento de Justicia y la Comisión de Mercados y Valores de Estados Unidos en la investigación por el escándalo de sobornos que afecta a la compañía estatal Petróleo Brasileiro SA, conocida como Petrobras, indicó.
Las compañías brasileñas se expandieron con rapidez por el extranjero en los últimos años, comprando a rivales foráneos en los sectores de la carne, la cerveza y la minería, impulsados por un auge en la séptima mayor economía del mundo y los préstamos a bajo interés del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES).