Este domingo a última hora, el ministerio de Asuntos Exteriores de Brasil no escondía que su candidato a director general de la OMC, Roberto Azevêdo, contaba con entre 106 y 111 votos de los 159 estados miembros que conforman la entidad que rige el comercio mundial.
Ginebra, EFE. La disputa brasileño-mexicana por dirigir la Organización Mundial del Comercio (OMC) concluye este lunes, un día antes que se conozca cuál de los dos países ha conseguido más apoyo en el mundo, en una competencia que muchos consideran como una pugna por ver quién ostenta el liderazgo latinoamericano.
Anoche domingo, el ministerio de Asuntos Exteriores de Brasil no escondía que su candidato a director general de la OMC, Roberto Azevêdo, contaba con entre 106 y 111 votos de los 159 estados miembros que conforman la entidad que rige el comercio mundial.
México no tardó en reaccionar y ha desmentido esa supuesta supremacía brasileña tildando de falacia esa muestra explícita de optimismo.
"Nosotros seguimos confiados, aunque sin cantar victoria", dijeron hoy a Efe fuentes diplomáticas mexicanas, quienes tacharon de "irresponsables" las filtraciones brasileñas.
"No es verdad que algunos apoyos" que tenía el candidato de México, Herminio Blanco, "hayan cambiado de opinión y ahora vayan a entregarlo a Brasil", dijeron las mismas fuentes, quienes específicamente se refirieron al caso europeo.
"Tampoco es verdad que, como se ha dicho, la Unión Europea vaya a votar por Brasil. Al contrario, la gran mayoría de países europeos van a votar por México a excepción de una nación", señalaron las fuentes.
La verdad es que la Unión Europea se encuentra tan divida que hoy estaba prevista una reunión de los 27 más Croacia para intentar buscar un candidato de consenso, algo que no lograron el viernes pasado.
Por un lado están Gran Bretaña y Holanda con el apoyo de algunos países del Este europeo, y por otro España, Italia y Portugal, grupo al que parece que a última hora se ha unido Francia, tras una pertinente llamada de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, a su homólogo francés, François Holande.
Rousseff tenía previsto hablar hoy con la canciller alemana, Angela Merkel para pedirle su apoyo expreso.
El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, no se ha quedado atrás, se sabe que ha hablado directamente con varios dirigentes europeos, y aprovechó la visita del presidente estadounidense, Barack Obama, a México para pedirle no solo su apoyo explícito, sino su influencia en el mundo para aunar votos.
A pesar del expreso optimismo brasileño y las versiones contradictorias que expresan los dos países contendientes, las quinielas siguen abiertas.
"Nosotros tenemos el apoyo de más del cincuenta por ciento de los países de América Latina", señalaron las fuentes mexicanas.
Sin embargo, Brasil asume que cuenta con el apoyo de los países que conforman la Unión Sudamericana de Naciones -a excepción de Colombia y Paraguay- y del los miembros del Caricom (la comunidad de Estados del Caribe).
Además, Azevêdo tiene el apoyo explícito de los BRICS (Suráfrica, China, India y Rusia) y de los Países de la Comunidad de los Países de Lengua Portuguesa (CPLP).
En lo que sí concuerdan ambos candidatos es que cuentan con el apoyo de países de todos los niveles de desarrollo socioeconómico y de todas las regiones del mundo, ambos aspectos esenciales junto al número de votos para ser seleccionado ganador.
La disputa se ha convertido en algo más que una liza por asumir un cargo de prestigio internacional, sino que al menos, a nivel interno, se ha convertido en la expresión concreta de un conflicto que lleva años entre bastidores, con los dos mayores países latinoamericanos intentando imponerse como líder regional.
Durante la presidencia de Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011), Brasil aplicó una activa política exterior de buscar su influencia en el mundo -sobre todo poco desarrollado- a través de la firma de cientos de acuerdos comerciales, culturales y sobre todo de financiación, cuando no de apoyo directo a programas de desarrollo.
Una política que si bien su sucesora Roussef ha mantenido, lo ha mitigado sustancialmente.
Por su parte, una de las líneas directrices del nuevo gobierno de Peña Nieto es intentar recolocar a México en la esfera internacional, recobrando el prestigio y la influencia con la que contaba antaño.
La respuesta se conocerá mañana, martes, cuando la troika de embajadores que dirigen el proceso de selección designará al candidato que a partir de septiembre de este año sustituirá al frente de la OMC al francés Pascal Lamy.