Fernández, que con el resultado de las primarias de este mes quedó cerca de lograr un triunfo en primera vuelta de octubre, agregó que el país deberá sentarse a negociar con los acreedores para cumplir con las obligaciones que contrajo.
Buenos Aires. El candidato de la oposición Alberto Fernández, que en las elecciones primarias obtuvo una amplia ventaja sobre el presidente Mauricio Macri, dijo este jueves que Argentina no tiene "ninguna posibilidad de caer en default" si es electo.
El peronista Fernández, que con el resultado de las primarias de este mes quedó cerca de lograr un triunfo en primera vuelta en la votación general de octubre, agregó que el país deberá sentarse a negociar con los acreedores para cumplir con las obligaciones que contrajo.
"Nadie puede querer el default como salida", dijo Fernández en un seminario en Buenos Aires. "Es una situación que nos atrasa".
Tras las primarias, el miedo a un incumplimiento de la deuda argentina se disparó en el mercado financiero, donde muchos temen que un eventual gobierno de Fernández esté menos dispuesto a honrar la deuda, que creció considerablemente durante la gestión de Macri desde niveles ya abultados.
Las preocupaciones se basan en algunas declaraciones sobre el sistema financiero que hizo el opositor en la campaña electoral y en que su candidata a vicepresidenta es la exmandataria Cristina Fernández, quien durante su gobierno tuvo un amargo conflicto con los acreedores de Argentina.
Este jueves, Alberto Fernández dijo que el próximo gobierno, así triunfara él o lograra la reelección el liberal Macri, tendría que conversar con quienes le han prestado dinero a Argentina porque el país se encuentra en condiciones económicas complicadas.
"Cuando yo hablo de volver a poner en marcha la economía (...) estoy hablando de conseguir los dólares para poder hacer frente a estas obligaciones", dijo.
"Y después tendremos que hablar con los acreedores para ver cómo resolvemos el tema, porque si Argentina hoy debiera pagar las obligaciones en las condiciones que está, difícilmente podría hacerlo".
El mercado financiero doméstico tendía a mostrar una mayor tranquilidad, tras días de fuertes pérdidas en los activos y una inusual depreciación de la moneda de hasta un 25%.
Así, el peso se mantenía estable en la zona de 55,07 por cada dólar, la bolsa avanzaba un 0,6%, los bonos ganaban el 0,4% y el riesgo país baja 41 unidades a 1.774 puntos básicos.
La tercera economía latinoamericana atraviesa una recesión combinada con altas tasas de inflación desde una crisis de confianza que estalló el año pasado y llevó al gobierno de Macri a pedir un paquete de ayuda de US$57.000 millones al Fondo Monetario Internacional (FMI).