La presión devaluatoria del peso ha sido constante durante todo el año y se intensificó a medida que el Gobierno sigue marcando el camino para tratar de salir del déficit presupuestario, mientras que la inflación sube a cerca del 40%.
Buenos Aires. Las reservas netas de dólares del banco central de Argentina están en cero o cerca de cero, según analistas e inversores, lo que obligará a la entidad monetaria a tomar una decisión difícil: duplicar los controles que no han logrado detener la caída de la moneda o permitir que el peso se devalúe aún más.
La presión devaluatoria del peso ha sido constante durante todo el año y se intensificó a medida que el Gobierno sigue marcando el camino para tratar de salir del déficit presupuestario, mientras que la inflación sube a cerca del 40% y la falta de confianza en las políticas económicas y monetarias pesan aún más sobre la moneda.
"Si la población no confía en el actual precio del dólar, si considera que va a subir y se asusta por la caída de las reservas, no le quedará más remedio que devaluar", dijo Gabriel Torres, analista de la agencia de calificación crediticia Moody's.
Argentina va camino de una contracción económica del 12% este año, en parte debido a las medidas tomadas para combatir la pandemia de COVID-19, y la producción todavía está un 30% por debajo de los niveles prepandémicos.
El tipo de cambio oficial y controlado cayó un 25% este año, cerrando el jueves en poco más de 80 unidades por dólar, mientras que en el mercado marginal, o blue, opera a cerca de 160 pesos por dólar.
"Argentina se encuentra ahora en un peor punto de partida y en un camino más difícil para acumular suficiente liquidez para pagar futuros pasivos de deuda", dijo en una nota Siobhan Morden, directora de estrategia de renta fija para América Latina de Amherst Pierpont Securities, en Nueva York.
"El stock de activos es ahora negativo (reservas de divisas líquidas netas) frente a más de US$150.000 millones en pagos futuros de deuda en dólares".
Las reservas brutas cayeron a unos US$39.000 millones desde cerca de US$43.000 millones hace un año y un pico reciente de US$77.000 millones en abril de 2019, mientras que las reservas netas, restando los pasivos del banco central no en pesos, son mucho más bajas, dependiendo de la fuente.
"Es imposible que un Gobierno con los recursos limitados que tiene Argentina luche contra los fundamentos macroeconómicos", dijo Torres de Moody's, quien ve controles cambiarios más estrictos "porque las reservas siguen cayendo, y dependiendo de la medida que se tome para las reservas netas, se acercan a cero o no están lejos de eso".
El ministro de Economía, Martín Guzmán, dijo a principios de este mes que Argentina, en medio de una negociación con el Fondo Monetario Internacional(FMI) para reestructurar deuda con el organismo por unos US$44.000 millones, buscará un tipo de acuerdo con el organismo que requerirá un compromiso con reformas económicas estrictas.
Las reformas podrían incluir aligerar los controles de capital y dejar que el peso flote al menos más libremente, lo que podría frenar las presiones cambiarias.
"Se necesitaría una revisión de la configuración de la política monetaria, probablemente bajo la apariencia de un nuevo acuerdo con el FMI, para evitar un ajuste más desordenado de la moneda en el mediano plazo", dijo en una nota el economista de mercados emergentes de Capital Economics Nikhil Sangran.