Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la entidad, explicó que la región tiene una contribución menor al cambio climático que otras regiones; no obstante, es particularmente vulnerable a sus efectos.
Los costos económicos del cambio climático se ubicarían entre 1,5 y 5 por ciento del producto interno bruto anual de América Latina y el Caribe, en la eventualidad de que se llegue a un alza adicional de temperatura de 2,5 grados Celsius.
Así lo estimó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para la región (CEPAL), en una declaración difundida este lunes en el marco de la Cumbre sobre el Clima que tendrá lugar este martes en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York.
"Desde hace una década, la CEPAL estudia los costos económicos y sociales del cambio climático en los países de América Latina y el Caribe, aportando información estadística necesaria para la toma de decisiones y planteando diversas recomendaciones de política pública", afirmó.
Aclaró que esos cálculos son aún preliminares y tienen un alto nivel de incertidumbre, pues no incorporan todos los efectos potenciales ni los posibles resultados de las acciones de adaptación.
"Se trata de promedios que tampoco reflejan la heterogeneidad regional, pero que ofrecen suficiente evidencia que ya permite incorporar los efectos del cambio climático en el mediano plazo en las decisiones públicas, por ejemplo, en las inversiones de infraestructura.
"La inversión es el puente entre el corto y el mediano plazo, y estos estudios permiten anticiparse", precisó.
Explicó que la región tiene una contribución menor al cambio climático que otras regiones; no obstante, es particularmente vulnerable a sus efectos.
"Las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de la región representan 9% del total global, con una tasa de crecimiento anual de 0,6% entre 1990 y 2011 (en comparación con 1,5% global)", afirmó.
A su juicio, "lo característico de esta región es que una proporción significativa de las emisiones proviene del cambio de uso del suelo, la deforestación y la agricultura".
Para Bárcena, "el desafío más acuciante para la región en estos momentos es la adaptación al cambio climático, especialmente en los pequeños Estados insulares en desarrollo del Caribe y los países centroamericanos".
Los costos anuales de adaptación para América Latina y el Caribe han sido estimados en cerca de 0,5% del PIB anual regional, "aunque son preliminares, estos cálculos reflejan claramente la tendencia del fenómeno", indicó.
Señaló que la región necesita diseñar e implementar estrategias de adaptación y que se consideren los impactos colaterales, poniendo de "ejemplos destacados de la urgencia de la adaptación los efectos de los huracanes que han ocasionado inundaciones en cuencas importantes del sur de México y el norte de Colombia".
"La vulnerabilidad de los países latinoamericanos y caribeños se ve acentuada por su geografía, la forma en que está distribuida su población e infraestructura, su dependencia de los recursos naturales, la importancia de la actividad agrícola y la extensión de sus zonas costeras tanto en el Pacífico como en el Atlántico", comentó.
Añadió que "la evidencia sugiere que el impacto del cambio climático en América Latina y el Caribe es ya relevante, y probablemente sea mayor en el futuro, y ya se registran variaciones en los niveles de temperatura y en los patrones de precipitación".
Aseguró que los mayores riesgos se concentran en la agricultura, la disponibilidad de agua, la conservación de bosques, la pérdida de biodiversidad, la salud de la población, el turismo en zonas costeras y la reducción de la pobreza rural.