Si la iniciativa se aprueba en el Congreso, el país recaudaría unos US$1.000 millones adicionales anuales que destinará a financiar cambios en el sistema educativo.
Santiago. La reforma tributaria que impulsa el gobierno de Chile podría convertirse en un aliado del Banco Central y recortar cerca de medio punto a la inflación del 2012, además de reforzar la proyección del mercado de que la tasa referencial se mantendría sin cambios por el resto del año.
Si la iniciativa se aprueba en el Congreso, el país recaudaría unos US$1.000 millones adicionales anuales que destinará a financiar cambios en el sistema educativo, un área que detonó masivas protestas estudiantiles el año pasado que hundieron la popularidad del presidente Sebastián Piñera.
Pero la reforma fiscal tendría efectos que ayudarían a limitar alzas de los precios, como una reducción de un impuesto al crédito -conocido como de timbres y estampillas- a un 0,2% desde un 0,6%.
Economistas sostienen que ese solo cambio encauzaría la inflación a cerca del 3%, desde el 3,5% previsto por el Banco Central.
"Esto podría implicar una rebaja entre 0,4 y 0,5 puntos porcentuales en la inflación", dijo Gabriela Clivio, gerenta de Estrategia de Vantrust Capital.
"Si se está calculando un 3,5% para el año a diciembre, eso hace que se quede en torno al 3%, que es una cifra que deja más que cómodo al Banco Central", agregó.
El impuesto de timbres y estampillas se paga por única vez al solicitar un crédito y está incluido en el rubro de operaciones financieras de la canasta familiar.
De este modo, una baja en el tributo abarataría los créditos, y si bien el ajuste se notaría en el mes en que se aplique el descuento, redundaría en una menor inflación anual.
El presidente del Banco Central, Rodrigo Vergara, coincide.
"Obviamente que hay algunas medidas como el impuesto a timbres que tiene un impacto en la inflación. Naturalmente lo tiene", dijo Vergara en una entrevista reciente con Reuters.
La autoridad monetaria maneja un rango de tolerancia para los precios minoristas de entre el 2% y el 4%, con una política monetaria de sesgo neutral y una tasa referencial que está desde principios de año en un 5 por ciento.
El efecto antiinflacionario del recorte impositivo alejaría la posibilidad de futuras alzas en la tasa referencial de interés y reforzaría la idea del mercado de que se mantenga al menos por todo el 2012, en medio de una gradual desaceleración de la demanda interna producto de un adverso escenario externo.
Otro de los aspectos contemplados en la reforma que contribuiría a desacelerar la inflación, es una rebaja a cero de manera progresiva hacia el 2015 de las tarifas aduaneras, que actualmente se sitúan en un máximo del 6% para aquellos países que no son socios comerciales de Chile.
Dado que el país andino importa casi la totalidad de los combustibles que consume, tal iniciativa podría abaratar las compras en el exterior de bienes como petróleo o gas que no gozan de beneficios arancelarios.
"Hoy no importamos nada de petróleo de países con los que no tenemos acuerdos. Pero (eliminar) ese 6 por ciento podría hacer la diferencia entre importar el petróleo de un lugar u otro", dijo el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, en una reunión con empresarios.
"Hay lugares de origen de importaciones con los cuales se paga arancel de 6 por ciento que quedan fuera del mercado (pero que venden el combustible más barato), y nosotros estamos comprando combustibles más caros internacionalmente por este efecto. Esta es una de las razones", agregó.
Uno de los principales factores que explica la inflación de los últimos doce meses es el alza internacional de los combustibles, que, para beneficio de la política monetaria chilena, ha cedido en las últimas semanas, alejando los riesgos de corto plazo.
La eliminación del arancel que pretende Chile está en línea con la reducción que llevan adelante México y Colombia, a diferencia de Argentina y Brasil, economías con alta inflación, que intentan proteger su industria y elevar sus aranceles para importaciones que no vengan de sus socios del Mercosur.
En la línea de rebajar los precios a los combustibles, el Gobierno plantea además aplicarles un impuesto flexible, que varíe de acuerdo al valor internacional del petróleo. Pero aunque podría ayudar a estabilizar al mercado interno, no tendría un efecto importante sobre la inflación.
"Lo del petróleo estabiliza, pero no cambia tendencia, no tiene un efecto permanente", comentó el jefe del Banco Central.
La reforma también incluirá una rebaja en el impuesto a la renta de las personas, pero dado que el gran porcentaje de ciudadanos está exento del tributo, analistas creen que el impacto será marginal en el consumo.