Ese país ha dejado ya claro que no quiere aparecer como el único salvador de Europa y si bien los europeos pueden esperar ayuda del gigante asiático, el mayor tenedor de reservas de divisas del mundo, sólo será posible en el marco de una respuesta global.
China quiere ayudar a Europa, pero a través de un proceso en el que el Fondo Monetario Internacional (FMI) desempeñe un papel fundamental.
Ante la cumbre del G20 de los principales países industrializados y emergentes de este fin de semana en México, las mayores economías del mundo, sin embargo, no se ponen de acuerdo sobre la forma en que se puede incrementar la fuerza y efectividad de los equipos de rescate financieros internacionales.
China ha dejado ya claro que no quiere aparecer como el único salvador de Europa y si bien los europeos pueden esperar ayuda del gigante asiático, el mayor tenedor de reservas de divisas del mundo, sólo será posible en el marco de una respuesta global y conjunta frente a la crisis de deuda europea.
"China insiste en que la mayoría de los recursos que podría poner a disposición deben fluir a través del FMI", dijo Murtaza Syed, representante del FMI en Pekín. China quiere también ayudar junto con otros países. "No quiere ser el único". Si la canciller alemana Angela Merkel se llevó la impresión a comienzos de mes en sus conversaciones con el jefe de gobierno, Wen Jiabao, en Pekín de que China podría inyectar directamente ayudas millonarias al escudo de rescate del euro, Pekín asegura ahora que prefiere hacerlo a través del FMI.
Antes de las deliberaciones del G20 se está produciendo un fuerte tira y afloja: "Están pasando muchas cosas tras bambalinas", según el representante del FMI. "Hay muchas negociaciones". Los chinos son conscientes de que "un gran shock" por una grave recesión de su mayor socio comercial podría también hundir la economía china. "Por eso quieren evitar ese escenario". El FMI advierte que una grave crisis en Europa podría reducir a la mitad el crecimiento chino previsto en un ocho por ciento este año, al menos si Pekín no adopta ninguna medida para enfrentarlo.
La ayuda china a Europa no es de ninguna manera desintersada, como el primer ministro Wen Jiabao ya explicó a su propio pueblo. La fuerte interdependencia hace que a China le interese mucho la estabilidad de la zona euro. Sin embargo, las ayudas millonarias para los europeos, vistos como acomodados, son muy controvertidas para la población china. "Para todos los políticos es difícil decir que ayudan a otros mientras en el país hay tantos pobres", explica Syed.
El G20, sin embargo, está también dividido sobre la forma de aumentar la eficacia y fuerza del FMI en la lucha contra la crisis financiera. A mediados de enero, el FMI pidió un aumento de sus medios en hasta 600.000 m illones de dólares para poder actuar en el caso de emergencias en Europa o en otros focos de emergencia financiera. Los endeudados estadounidenses no quieren aumentarsu propia contribución al FMI, por lo que se espera que "una gran parte de los medios llegue de China, porque tiene muchas reservas", afirma Syed. "China tiene el margen necesario para aportar una significativa contribución".
Pero lo que el representante del FMI no dice es sin embargo que Pekín, con una mayor participación financiera desea también un mayor poder en la toma de desisiones. El gobierno de Pekín quiere también más contrapartidas de los europeos, principalmente el otorgamiento del estatus de economía de mercado, que le garantizaría protección en el caso de demandas comerciales.
Y más que nunca, Pekín vinculó esta semana las ayudas a Europa con las disputas comerciales: el Ministerio de Comercio advirtió que las últimas investigaciones europeas sobre las subvenciones de la industria del acero chino no son sólo "un signo equivocado" hacia el proteccionismo, sino "que también dificultan los esfuerzos comunes para solucionar la crisis".